La seguridad al volante está intrínsecamente ligada al estado físico y mental del conductor. Evitar situaciones de riesgo es clave para un viaje seguro. Así como se desaconseja conducir bajo la influencia de sustancias, también es vital conocer las enfermedades que pueden afectar la capacidad de conducción. La Dirección General de Tráfico (DGT) presenta un listado de patologías que pueden prohibir la conducción, reconociendo que su impacto varía entre conductores.
Enfermedades incompatibles con la conducción
La DGT identifica enfermedades degenerativas, neurológicas y crónicas como incompatibles con la conducción. Ejemplos incluyen Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica, temblor esencial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, distrofia muscular, osteoporosis, Parkinson o artritis reumatoide. La gravedad de la enfermedad, el tratamiento y su impacto general en la salud determinan la prohibición de conducción en casos específicos.
Asimismo, enfermedades como demencia, trastorno de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno del desarrollo intelectual, TDAH o dependencia de sustancias, excluyen la renovación del permiso de conducir, a menos que se manifiesten de manera leve y exista un informe médico favorable.
Otras enfermedades y sus condiciones para la conducción
En el ámbito vascular, la DGT establece condiciones para enfermedades como la disección y el aneurisma de grandes vasos, determinando periodos de renovación del carnet según riesgos.
Enfermedades cardíacas, como arritmias, infarto agudo de miocardio, prótesis valvulares, marcapasos y desfibrilador automático, tienen periodos específicos para la renovación postintervención.
Las enfermedades neurológicas, como crisis o pérdida de conciencia y epilepsia, requieren periodos específicos para la renovación, considerando la última manifestación de síntomas. Accidentes isquémicos transitorios y su renovación también se rigen por informes médicos.
En enfermedades endocrinas, hipotiroidismo y paratiroides tienen periodos específicos de renovación, al igual que la diabetes mellitus insulinodependiente.
En enfermedades digestivas, como el trasplante renal y la nefropatía con diálisis, la renovación se determina por periodos postintervención.
Las enfermedades respiratorias, como la apnea del sueño, exigen renovaciones cada tres años con informes positivos.
En enfermedades oncológicas, trastornos oncohemáticos y dolencias oncológicas establecen periodos de renovación según la gravedad de las alteraciones.
Conclusión: responsabilidad y seguridad en la conducción
La seguridad vial no solo depende de las condiciones del vehículo y las carreteras, sino también de la salud del conductor. La DGT, en su compromiso con la seguridad, establece restricciones basadas en condiciones médicas para garantizar un entorno vial más seguro. La conciencia sobre estas restricciones y la responsabilidad individual contribuyen a una conducción más segura y a la prevención de accidentes de tráfico graves.
*Recuerda: antes de renovar tu carnet, consulta las condiciones específicas según tu situación médica y sigue las recomendaciones de la DGT para mantener la seguridad en las carreteras.