Hasta ahora, la mayor parte de la sociedad, si no la mayoría, estaba acostumbrada al consumo de combustible de los vehículos con motor de combustión interna (diésel o gasolina). Suele medirse en litros por cada 100 kilómetros o galones por milla (EE.UU.). Pero, ¿cómo se mide el consumo de combustible de un vehículo eléctrico? La respuesta es bastante sencilla, pero veamos primero qué hace falta para expresarlo en números reales.
La tecnología de los vehículos eléctricos es todavía nueva. Por eso, muchos automovilistas no están familiarizados con algunos términos como la capacidad de la batería, el tipo de potencia y cómo se mide el consumo de energía. Pero una vez que se conocen los hechos, todo encaja y es muy fácil de aprender.
Aprender la terminología
El primer paso es determinar la capacidad de la batería del vehículo eléctrico en cuestión. Esto se mide en kilovatios hora (kWh). Cuanto mayor sea el número conectado a este sistema de medición, mayor será la capacidad de la batería y, por tanto, mayor será la autonomía del vehículo eléctrico. Por ejemplo, un coche con una batería de 100 kWh tendrá una autonomía mucho mayor que un coche con una batería de 50 kWh.
Una vez familiarizado con estos términos, el resto resulta mucho más fácil. Para conocer el consumo de combustible de un vehículo eléctrico, los fabricantes y los certificadores de tipo proporcionan una cifra de "equis kWh/100 km".
Si el fabricante ha indicado que el consumo del VE es de 10 kWh/100 km, puede hacerse un cálculo sencillo para determinar la autonomía aproximada del VE. Por ejemplo, sabiendo que la capacidad de la batería es de 100 kWh, se divide la propia capacidad de la batería por el consumo medio autorizado, lo que da una autonomía de 1000 km. El resultado multiplicado por 100 es el número mágico.
Otros factores a tener en cuenta
Por supuesto, esto es sólo el principio, y para entender los aspectos relacionados con las cifras de recarga, las estaciones también están equipadas con contadores de electricidad en kilovatios (kW). El coste de la recarga depende del precio actual del kWh. Es como si se tratara de un litro de gasolina. Este enlace permite conocer el coste medio de funcionamiento de casi todos los vehículos.
Esto significa que si el punto de recarga hace lo propio con 50 kW y la capacidad de la batería del vehículo eléctrico es de 100 kWh, habría que esperar dos horas para que la batería estuviera cargada al 100%.
Lógicamente, esto no es tan sencillo. Esto se debe a que la propia capacidad de carga cambia durante el proceso, dependiendo de la temperatura exterior, la temperatura del propio sistema o el uso actual de la estación en cuestión. Si hay muchos vehículos "conectados" a otras estaciones en las proximidades, la capacidad de carga puede verse afectada. Por lo tanto, como ya se ha mencionado, en este caso no es tan fácil crear un fallo, y muchos factores externos, aparte del propio vehículo y sus especificaciones, tendrán un impacto.