El número de vehículos eléctricos (e híbridos) en nuestro país es cada vez mayor, y también lo es el número de baterías. Esta realidad explica que muchos conductores busquen baterías.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta que lo que se sabe sobre las baterías y su vida útil aún no está del todo actualizado. Pero, ¿sabes adónde van a parar las baterías usadas de los VE y cómo se eliminan?
Las baterías de los vehículos eléctricos no duran eternamente
Por eso, los fabricantes ya se están preparando para saber qué hacer con las baterías una vez que han cumplido su función. Normalmente, los fabricantes estiman que estas baterías deben sustituirse cuando su capacidad útil es inferior al 70% en garantía.
En otras palabras, la batería se vuelve significativamente más pesada para el vehículo en el que está instalada (como lo era cuando podía cargarse al 100%) y, a pesar de ello, la autonomía que proporciona se reduce notablemente.
Esto se debe a que las baterías no tienen una vida útil fija. La mayoría de las baterías de iones de litio disponibles en el mercado tienen una vida útil de entre ocho y diez años. Esto depende del uso y el mantenimiento del vehículo, así como del tipo y la marca del mismo.
Gracias a su larga vida útil, se pueden optimizar los sistemas de generación de energía renovable
Sin embargo, algunas marcas (y cada vez más) están trabajando en la reutilización de las baterías antes de su reciclaje y en su conversión en pilas que puedan utilizarse para almacenar energía y regular los picos de suministro y consumo en espacios públicos y privados.
De hecho, como explica Iberdrola, las baterías que ya han perdido más del 60% de su capacidad aún pueden funcionar de forma eficiente si se utilizan junto con otras baterías en lugar de solas.
En este caso, otras baterías pueden combinarse para formar una batería gigante que puede desempeñar un papel estratégico almacenando la energía solar o eólica no utilizada generada durante el día, o almacenando energía de la red cuando es barata y reutilizándola cuando es cara.
Estas baterías pueden utilizarse como pilas en el hogar. Pueden recargarse cuando la energía es más barata, proporcionando a cualquier hogar la energía que necesita cuando la necesita, así como una fuente de energía de reserva en caso de apagón o corte del suministro eléctrico. Nissan lleva muchos años utilizando baterías usadas del LEAF original para este fin en Japón y Estados Unidos, y muchas otras marcas ya están considerando esta aplicación. Estas baterías permiten, por ejemplo, almacenar la energía solar generada por los paneles domésticos y utilizarla cuando sea necesario.
También pueden utilizarse para alimentar bicicletas y bicicletas eléctricas
Existen alternativas muy interesantes a los vehículos eléctricos y a las baterías que han llegado al final de su vida útil. Una de ellas es la reutilización. En pocas palabras, las baterías de los vehículos eléctricos se deterioran al cabo de varios años hasta el punto de quedar inservibles, pero esto no significa que sean completamente inútiles para otros fines.
Sin embargo, esto no significa que sean completamente inservibles para otros fines. En cuanto al tiempo necesario para que esto ocurra, no podemos ignorar que Renault, por ejemplo, garantiza que la capacidad de la batería disminuirá un 80% en ocho años, o 160.000 km.
Las baterías reutilizables permiten optimizar los sistemas de producción de energías renovables. Aunque las fuentes de energía renovables son inagotables, es inevitable que haya momentos en que no produzcan electricidad o produzcan cantidades insuficientes (por ejemplo, por falta de viento o de sol).
También está el reciclaje. Ya sabemos que hay muchas formas de reciclar las baterías de los vehículos eléctricos. Alrededor del 90% del material de las baterías de iones de litio puede recuperarse y utilizarse para fabricar nuevos productos.
Y, por último, está la regeneración. El hecho de que una batería ya no pueda utilizarse para propulsar un vehículo debido al desgaste no significa que no pueda utilizarse para propulsar otros vehículos pequeños. Así, las baterías usadas podrían tener una segunda vida como fuente de energía para bicicletas eléctricas y motocicletas eléctricas.
Estos vehículos requieren menos energía que los coches. Estas baterías también podrían instalarse en cocinas móviles. También podrían instalarse en furgonetas y vehículos frigoríficos que no dependan de motores para mantener la cadena de frío.