La Montesa Crono 75, más pequeña, fue la apuesta de Montessa por una moto de carretera con motor de dos tiempos para ganarse a las masas juveniles. Y pretendía demostrar que no hacía falta un 2.5 para disfrutar de una moto de turismo. La moto soñada por muchos.
A finales de los años 70, Montesa, al igual que Bultaco y Ossa, se enfrentaba a problemas de supervivencia. Su gama de productos consistía principalmente en motos de campo, motocross, trial y enduro. Tras el fracaso de modelos de carretera como la Rapita 250 (1974/1976), se lanzó la Montesa Crono, más pequeña.
La Montesa Chrono 75 se presentó en el Salón del Automóvil de 1977 y se lanzó al año siguiente; se fabricó hasta 1983 con una producción total de 1.400 unidades; también hubo una versión de 125, pero sólo se fabricaron 400 unidades. Se desarrollaron fórmulas promocionales para apoyar a la juventud, como el Trofeo Montesa de Motocross con la Capra 125 y la Copa Chrono, una alternativa en asfalto a la Copa Bultaco Streaker.
Como no había modelos de carretera en el catálogo a finales de los 80, el chasis y el motor se tomaron de la Montesa Enduro 75 cc. El motor de dos tiempos era de carrera larga, con caja de cambios de tres velocidades y carburador de 26 mm. La caja de cambios de seis velocidades era de relación cerrada. Este pequeño motor monocilíndrico hacía las delicias de los quinceañeros tanto por su suave respuesta a bajas revoluciones como por su fuerte carácter de 5000 a 8500 rpm.
Se fabricaron 1.400 Chrono 75 y otros 400 modelos de 125 cc.
Para garantizar una conducción deportiva en esta pequeña Chrono, el motor debía mantenerse en el rango superior del cuentarrevoluciones bajo, es decir, entre 7.000 y 9.000 rpm.
Probando la Montesa Crono
En cuanto al chasis, la moto es sencilla, pequeña y fácil de manejar. El frenado parecía adecuado para las prestaciones de la pequeña Crono, ¡pero siempre hay que tener en cuenta que se trataba de una moto muy moderna en aquella época!
Las horquillas parecían muy blandas, lo que limitaba la moto en términos de suspensión, pero el chasis permitía errores y cambios de línea. Los neumáticos también eran apropiados para la época: Michelin M-38 en llantas de 18 pulgadas.