El Antarctic Snow Cruiser se diseñó a finales de la década de 1930 como vehículo de gran capacidad para explorar las regiones heladas de la Tierra.
Este enorme vehículo especializado fue construido por Thomas C. Poulter después de salvar la vida del almirante Byrd en otra expedición en 1934. Poulter se dio cuenta de que se necesitaba un vehículo que sustituyera a los equipos de perros y tractores en las vastas extensiones de hielo de la gélida Antártida. Nombrado director científico de la Armour of Technology Research Foundation de Chicago, Poulter dio luz verde al proyecto y trabajó con un equipo de desarrollo en el Antarctic Snow Cruiser de 1937 a 1939.
Antarctic Snow Cruiser: el vehículo de expedición que se hundió en la Antártida.
La idea ya había sido esbozada, investigada y diseñada como un proyecto fabricable, pero ninguna misión requería un vehículo así. Afortunadamente, no pasó mucho tiempo antes de que Richard Byrd anunciara una nueva expedición a la Antártida financiada por Estados Unidos. Fue entonces cuando la Fundación Poulter desveló sus planes para el Snow Cruiser como solución de movilidad en la Antártida, el vehículo perfecto para conseguir el permiso para unirse al ambicioso programa de expediciones de investigación científica del almirante Byrd.
Se fabricó y testó en 11 semanas. Como resultado se obtuvo un vehículo de 16,75 metros de largo, 4,50 metros de alto y 6,10 metros de ancho. Mecánicamente, se introdujo un concepto de sistema híbrido, consistente en dos motores diesel Cummins de seis cilindros y 150 CV cada uno, dos generadores y cuatro motores eléctricos General Electric de 50 CV, cada uno integrado en las ruedas.
Debido a su tamaño, se necesitaban ruedas especiales y se eligieron unas de 66 pulgadas y 2,7 toneladas de peso con neumáticos Goodyear. Además, se diseñó un interior para una tripulación de cinco personas, con dormitorio, cocina y sala separada. La cubierta superior de la carrocería rojo mate del snow cruiser (rojo para representar la inmensa nieve de la Antártida y mate para retener el calor) podía albergar una avioneta Beech 17 "Staggerwing".
Poulter pensó en los diversos retos a los que se enfrentaría en la Antártida e intentó resolverlos con el diseño original del Antarctic Snow Cruiser. Por ejemplo, cada rueda podía elevarse o bajarse individualmente casi un metro, los voladizos eran más largos, la distancia entre ejes era más corta y el vehículo estaba reforzado para hacer frente a las grietas de la helada superficie continental, de hasta 4,5 metros de ancho. Además, se instaló un eje de dirección trasero para mejorar la maniobrabilidad del vehículo, que apenas podía circular por carreteras normales.
Frío extremo y severidad
Como menos de tres meses no bastaban para montar y probar el Antarctic Snow Cruiser, Poulter y su equipo decidieron probarlo entre Chicago y Boston. Durante el trayecto por varias ciudades, el Cruiser sufrió una serie de problemas mecánicos que hubo que resolver sobre la marcha y que causaron gran expectación.
A su vuelta, en noviembre del 39, el mastodóntico vehículo se embarcó en un barco que lo dejó en la bahía de las Ballenas, en la Antártida. Tras graves problemas para desembarcarlo, se encontrarón con el gran problema que les suponía avanzar por el hielo y la nieve.
Poulter, que había acompañado a la expedición, decidió regresar a Chicago y trabajar en una solución para transportar el Antarctic Snow Cruiser al corazón del continente helado. Pero cuando Poulter llegó a Estados Unidos, se encontró con una situación muy diferente. La Segunda Guerra Mundial ya había estallado, las autoridades estaban comprometidas con el esfuerzo bélico y los patrocinadores se mostraban reacios a invertir dinero en un proyecto que la prensa ya había tachado de fracaso.
Mientras tanto, el equipo de Richard Bird había hundido su snowcruiser en la nieve y había sufrido varias averías mecánicas en la carrocería del vehículo al intentar escapar de la trampa blanca. Aunque la expedición había reunido importante información científica, la aventura se canceló, el snowcruiser fue abandonado en un cementerio de hielo y el equipo regresó a Estados Unidos en enero de 1941.