Estos son los coches que ocupan el Olimpo de la velocidad: deportivos que baten récords y alcanzan más de 400 km/h y, en algunos casos, incluso rozan los 500 km/h. ¿Estás preparado para conocerlos?
Durante décadas, la industria del automóvil ha demostrado una y otra vez que se pueden superar los límites de velocidad de un supercoche, aunque los propietarios de estos modelos no siempre tengan dónde probar esa velocidad.
Koenigsegg Agera RS (447,2 km/h)
La marca sueca fundada por Christian von Koenigsegg siempre ha sido la mayor rival de Bugatti a la hora de crear hiperdeportivos que baten récords, y en 2017 se convirtió en la reina absoluta de la velocidad con la versión más salvaje de su Agera. Con el Koenigsegg Agera RS, la marca logró un récord Guinness como el coche más rápido del mundo en ese momento, tras alcanzar los 447 km/h con los 1.160 CV de su motor V8 biturbo de 5.0 litros. También demostró que podía establecer un nuevo récord de 0-400-0 km/h en sólo 36,44 segundos.
SSC Tuatara (460,43 km/h)
Si consideramos el coche más rápido del mundo como poseedor de un Récord Guinness, el SSC Tuatara es sin duda el rey. La última creación de SSC North America recibió oficialmente el título de Récord Guinness en 2021 tras alcanzar un récord oficial de 455,28 km/h, que es la media de dos carreras en diferentes direcciones -para tener en cuenta la presión del viento- alcanzando una velocidad máxima de 460 km/h en una de ellas. Un título ganado no sin cierta polémica previa tras el primer intento, en el que supuestamente se alcanzó una cifra de 508,74 km/h y una velocidad máxima de 532 km/h, pero algunas irregularidades en la medición de la prueba obligaron a la marca americana a repetir el intento de récord con esta bestia de 1.250 CV, que sin embargo alcanzó los 1.750 CV con combustible E85.
Bugatti Chiron Super Sport 300+ (490,48 km/h)
Aunque su récord no fue acreditado por Guinness, como ocurrió con el Tuatara, esta versión hipervitaminada -con 1.600 CV en su W16 y una carrocería alargada entre otras mejoras- del Bugatti Chiron logró en 2019 alcanzar los 500 km/h en la pista de pruebas de Ehra-Lesien, un trazado famoso para los modelos de Bugatti y uno de los pocos lugares del mundo donde se pueden desarrollar velocidades superiores a los 400 km/h. Con este Bugatti Chiron Super Sport 300+, la empresa de Molsheim consiguió alcanzar por primera vez en la historia los 490 km/h -490,48 km/h para ser exactos- y convertirse en la velocidad más alta alcanzada por un coche de producción. Tras el récord, se convirtió en un modelo de producción, limitado a 30 unidades con un coste de unos 3,5 millones de euros cada una, aunque limitadas a "sólo" 440 km/h.
