El sistema de frenado es uno de los principales sistemas de seguridad de cualquier vehículo. También es uno de los sistemas que más se desgasta debido a la frecuencia con la que lo utilizamos mientras conducimos. Pero que se desgaste más o menos a veces depende de cuestiones que podemos controlar. Aquí tienes algunas consideraciones a tener en cuenta:
Evitar la conducción brusca
Cuanto más suave sea nuestra conducción, menos veces tendremos que pisar el pedal del freno. Si no usamos demasiado el acelerador, no tendremos que recurrir al frenazo, que es el enemigo número uno de los neumáticos y del sistema de frenado de un coche.
Levantar el pie del acelerador en lugar de frenar o utilizar el freno motor son dos formas de garantizar una conducción más eficiente que no sólo ahorrará combustible y contaminará menos, sino que nos permitirá cuidar los neumáticos y el sistema de frenado de nuestro vehículo.
Revisiones periódicas
Además de cómo conducimos, también es importante cuánto conducimos. El mantenimiento adecuado del sistema de frenado es esencial para que siga funcionando correctamente. Siga las recomendaciones del fabricante en cuanto a la frecuencia o los kilómetros que debe cambiar el líquido o las pastillas de freno. Es vital asegurarnos de que nuestros frenos están en buen estado.
Otro aspecto a tener en cuenta es que las piezas de recambio deben estar homologadas y cumplir las normas de seguridad establecidas. En este sentido, es importante acudir a un taller de confianza.
Tipos de carreteras
El lugar por el que conducimos también es un elemento a tener en cuenta. Así, quienes suelen circular por vías urbanas o por zonas montañosas con fuertes pendientes deben prestar especial atención al estado de los frenos de su coche.
Escucha a tu coche
Aunque hoy en día la mayoría de los coches están equipados con sistemas que detectan y avisan al conductor de los problemas del vehículo, sigue siendo importante conocer las señales que advierten de un posible mal funcionamiento. En el caso de los frenos, algunas de las señales más comunes son:
- Si pisamos el pedal y lo notamos más duro de lo normal o, por el contrario, más blando de lo habitual, puede ser señal de que las pastillas de freno están sucias, hay fugas de líquido de frenos, aire en el sistema o incluso un fallo en los discos.
- Otro síntoma común de un problema en el sistema de frenos es la vibración del pedal al pisarlo. Sin embargo, esto también puede deberse a un fallo en los rodamientos de las ruedas, por lo que, como en el caso anterior, lo mejor es que un especialista evalúe el problema.
- Oír chirridos o ruidos extraños al frenar nunca es una buena señal. Al primer sonido extraño, de nuevo, lo mejor es acudir al taller.