Hay cientos de carreteras en el mundo en las que conducir es un auténtico placer. Algunas de ellas se encuentran en nuestro país y son perfectas para perderte en tu coche. Las curvas y el paisaje son los ingredientes perfectos para pasar un rato agradable al volante.
Pero el plan puede ser aún mejor cuando las carreteras se encuentran en un lugar especial para los amantes del motor. Hay varias en Europa, probablemente las más especiales del mundo, y todas pueden visitarse en tu propio coche en casi cualquier época del año.
Isla de Man
Los motociclistas conocen bien la Isla de Man por la carrera Tourist Trophy, más conocida como TT de la Isla de Man. Se trata de una carrera que se celebra desde 1907 en las carreteras de la isla británica, situada entre Irlanda e Inglaterra.
En esta contrarreloj han perdido la vida 265 motociclistas, por lo que se considera una de las carreras más peligrosas de todos los tiempos.
Le Mans
En mayo de 1923 se celebraron por primera vez las 24 Horas de Le Mans, una carrera de resistencia que celebraría su centenario al año próximo. La carrera se disputa en el circuito francés de La Sarthe, un trazado de 13,6 km que utiliza tramos de carretera que permanecen abiertos al público el resto del año.
Mónaco
En el corazón de Montecarlo, el Principado de Mónaco acoge cada año el Gran Premio de Mónaco de Fórmula Uno, una de las carreras más especiales del calendario. El primer Gran Premio se celebró en 1929 y ha sido un fijo en el calendario de la Fórmula Uno desde 1950.
El trazado discurre por las calles de Mónaco, lo que lo convierte en el circuito urbano más famoso del mundo en su género. Tampoco es una pista fija, y para cada Gran Premio se cierran las calles al tráfico y se colocan todas las infraestructuras necesarias, como tribunas y barreras de protección.
Nürburgring
Si el circuito de Mónaco es histórico, el de Nürburgring lo es aún más. Se inauguró en junio de 1927 y está situado en los alrededores de la ciudad de Nürburg, en Alemania. A lo largo de sus casi 100 años de historia, ha servido para desarrollar miles de coches nuevos, pero también para todo tipo de carreras.
Técnicamente hablando, Nürburgring no es más que otro tramo de la Autobahn alemana y para entrar en la pista sólo hay que pagar una tasa. Por eso hay trackdays la mayor parte del año, donde se puede disfrutar de sus curvas en coche o moto por las llamadas carreteras turísticas.