Es habitual en la historia observar cómo innumerables inventos creados con un fin acaban teniendo otro muy distinto. En algunos casos, se trata de un accidente o una casualidad, como en el caso de la Viagra, que empezó siendo un medicamento para prevenir los infartos y acabó siendo un éxito de ventas por sus efectos secundarios y no por el objetivo principal para el que se investigó. Sin embargo, en el caso del invento de Maurice Gatsonidis, su finalidad siempre fue medir con precisión la velocidad y la posición de un objeto en movimiento y capturar ese momento. Otra cosa, por supuesto, es la finalidad para la que desea disponer de esta información...
Maurice Gatsonides (apodado "Ratón" en el mundo de las carreras) fue un prolífico inventor y un gran aficionado a los coches. Aunque nació en Indonesia en 1911, tenía nacionalidad neerlandesa, ya que en aquella época era una colonia holandesa.
Además de tener una habilidad natural para la conducción, Gatsonides siempre se distinguió por ser una persona muy técnica a la que le encantaba estudiar y probar las cosas una y otra vez. De este modo, perfeccionó sus tiempos e incluso ganó el legendario Rally de Montecarlo en 1953 (conduciendo un Ford Zephyr).
Una de las obsesiones de Maus Gatsonidis era poder medir con precisión la velocidad a la que llegaba a un determinado punto de la pista, y para ello empezó a desarrollar la primera cámara de medición de velocidad del mundo. Las pistolas radar existen desde 1954, pero Gatssonides quería algo más que un artilugio que le indicara la velocidad de un objeto en movimiento.
Conectando una cámara a una pistola de radar y activándola en un punto determinado, Morris quería comprobar la velocidad máxima a la que podía pasar por una curva para mejorar su tiempo de carrera. Necesitaba conocer la velocidad y el punto de entrada (así como la posición del coche) para determinar la trayectoria más rápida en cada momento. Tras largas pruebas, finalmente consiguió crear la primera cámara de medición de velocidad y la patentó.
Paradójicamente, un invento concebido para aumentar la velocidad del conductor en una curva acabó siendo un "best seller" para exactamente el propósito contrario. El propio Maus fue víctima de su invento en más de una ocasión, algo que no le molestaba demasiado porque, además de ser un entusiasta de la velocidad, por cada multa por exceso de velocidad que recibía, obtenía un mayor beneficio por el aumento de las ventas de su invento a medida que se instalaban más y más dispositivos de control de velocidad.