El alternador se encarga de transformar la energía mecánica en energía electrica. Justo de ahí viene su nombre, de la corriente alterna que produce gracias a los distintos procesos de inducción a los que es sometido.
Componentes y funcionamiento
El alternador se compone principalmente de tres partes:
- Un inductor, que crea el campo magnético que provoca una tensión eléctrica cuando recibe energía mecánica. A esta parte la llamamos rotor.
- Armadura, que es un conductor sometido al campo de fuerzas donde se produce la conversión, y que llamamos estator.
- Un regulador de tensión, que está condicionado por el régimen del motor para que se genere más potencia cuando el coche aumenta su velocidad y, por tanto, necesita más potencia.
El rotor gira, produciendo un campo magnético que depende de la tensión de las escobillas, mientras que el estator genera energía eléctrica. Normalmente está formado por tres bobinas que proporcionan 3 puntos de salida para producir corriente trifásica.
El regulador compensará las diferencias de tensión durante el funcionamiento para que el rotor reciba la potencia necesaria para mantener el campo magnético a demanda de las necesidades eléctricas del vehículo.
Ahora que ya sabemos cómo funciona el alternador, vamos a ver las averías más comunes que sufre este importante componente de nuestro vehículo.
¿Cuáles son las averías más comunes del alternador?
Los coches modernos requieren cada vez más energía eléctrica debido a las crecientes comodidades tecnológicas de los automóviles. Esto acorta la vida útil del alternador al someter su funcionamiento a un esfuerzo excesivo, pero también nos permite detectar antes los fallos del sistema debido a las numerosas piezas que dependen de él.
- La propia luz del alternador: muchos coches tienen una luz de aviso en el salpicadero, por lo que si se enciende la luz de la batería o la propia luz del alternador, significa que funciona mal.
- Fallos en los accesorios eléctricos: cuando el alternador falla, impide que la batería se cargue de forma óptima y los primeros síntomas que podemos detectar son fallos en la regulación de las luces y bajo rendimiento de los dispositivos eléctricos, que, si no se corrigen a tiempo, pueden dañar la batería y deteriorar otros sistemas que dependen de esta electricidad, como los elevalunas eléctricos, el sistema de audio, los faros o el aire acondicionado.
- Ruidos significativos: Una correa del alternador defectuosa, agrietada o desgastada puede reconocerse a simple vista, pero si ocurre en la carretera, la prueba evidente es un ruido muy perceptible, ya que es fácil que se acaben separando algunas piezas móviles del alternador. Los mismos síntomas pueden deberse a un desgaste excesivo de los rodamientos.
- Baja carga de la batería: con un voltímetro digital conectado a la salida de la batería, podemos comprobar si el voltaje de la batería ha bajado. La prueba debe realizarse con el motor apagado y encendido para determinar si la avería está en el alternador o en la batería. Con el motor apagado, por debajo de 12 voltios, el fallo está en la batería. Con el motor en marcha, si la tensión cae por debajo de 13,8 V, el problema está en el alternador.
