Algunas marcas de coches son más fáciles de electrificar que otras. En el caso particular de Abarth, cuya nota de escape distintiva forma parte de su propia imagen, de su propia identidad, estaba claro que la cuestión del lanzamiento de su primer modelo "cero emisiones" era tan delicada como inevitable.
Inevitable porque Stellantis, la empresa matriz, tiene una fuerte apuesta por los modelos eléctricos en todas sus marcas. Los frutos de esta política ya están llegando y, por supuesto, Abarth no se libra de la electrificación.
Pero después de haber visto por primera vez el nuevo Abarth 500e, sin camuflaje y a la luz del día, quizá sea conveniente abrir la mente (la nostalgia nos cierra) y permitir la posibilidad de que este modelo abra un nuevo subsegmento en el segmento de los eléctricos urbanos: el de los pequeños "juguetes" que hacen la conducción tan accesible y gratificante como un videojuego.
Características generales del Abarth 500e
De entrada, la base, ya conocida de su primo Fiat, se ha mejorado con una vía más ancha (6 cm más en cada eje) y una distancia entre ejes que también se ha alargado en 2,4 cm. El frontal acentúa el nuevo estilo con un parachoques agresivo, aunque algunos se preguntarán por qué la parrilla inferior sigue siendo del mismo color que el resto de la carrocería.
Cuando preguntamos al equipo de diseño, nos dijeron que consideraron la posibilidad de pintarlas en un color de contraste, pero decidieron no hacerlo porque querían resaltar el aspecto de coche eléctrico, haciendo innecesaria la clásica toma de aire negra.
Donde querían diferenciarse de Fiat era en la luz de la firma. Mientras que el 500e incorpora la pieza empotrada en el capó, Abarth ha sustituido el arco LED superior por una pieza de plástico negro, creando un efecto de "ceja" o "párpado" que completa la "mirada" llena de desafío.
La parte trasera, además de la nueva musculatura resultante del ensanchamiento, recibe faros oscurecidos y un generoso alerón en el portón trasero, al estilo que nos tiene acostumbrados. Más adelante, el parachoques está rematado por un difusor quizá más minimalista de lo que cabría esperar, pero que nos parece perfectamente funcional. Tendremos que comprobarlo cuando tengamos la oportunidad de probarlo en carretera.
Por supuesto, no faltan los adornos típicos de Abarth, como el emblema del escorpión en el lateral, que ahora cambia ligeramente su diseño para mostrar, atravesado por un rayo, el estreno oficial de la electrificación. Cerca del suelo, la clásica franja horizontal da paso a un diseño llamado "Scratch", donde una ilusión óptica revela, con algo de misterio, las letras Abarth.