No hay una respuesta única al eterno enigma de cuánto deben durar los neumáticos. Depende de una serie de factores, algunos de los cuales están completamente fuera de tu control (como las condiciones meteorológicas).
Pueden desgastarse al cabo de unos años o después de 20-30 mil kilómetros, pero también pueden vivir y funcionar correctamente durante muchos años o incluso toda una década. Conducir acelera el proceso de envejecimiento, pero la pasividad hace lo mismo.
No son una inversión barata, pero cuando llega su último aliento, no hay más remedio que sustituirlos. Unos buenos neumáticos son esenciales para el buen funcionamiento de tu vehículo y para tu propia seguridad en la carretera.
Sin embargo, hay cosas que puedes hacer para retrasar el cambio de neumáticos lo máximo posible. Hoy te ofrecemos 5 consejos para alargar la vida de las gomas de tu vehículo.
1) La presión debe comprobarse regularmente
Esta es una actividad imprescindible que debería realizarse al menos una vez al mes. Independientemente de tus itinerarios, también debes comprobar la presión de los neumáticos cada vez que tengas previsto realizar un viaje largo. Mucha gente no lo hace porque confía en la luz del tablero del TPMS, que sólo les avisará si la presión está por debajo del 75%, lo cual es demasiado bajo.
Pero incluso un neumático nuevo se desinfla un poco cada mes. Si no lo revisas, tu coche será más difícil de conducir, afectará al consumo de combustible y convertirá cada viaje en una aventura peligrosa. Tanto si están desinflados como si están sobreinflados, el riesgo está ahí. Para asegurarte de cuál es la presión recomendada para tus neumáticos, consulta el manual de tu vehículo.
2) Hay que rotar los neumáticos
Los coches pueden ser de tracción delantera, trasera o total. El tipo de vehículo que elijas comprar determinará la tracción, la maniobrabilidad, el comportamiento en diferentes condiciones climáticas y muchas otras cosas.
Pero, ¿adivina qué es lo que más sufre por las carencias de los tres respectivamente? Los neumáticos, por supuesto. Tienen que soportar toda la presión.
Esa presión es desigual. En los coches de tracción delantera, los neumáticos delanteros se desgastan más rápido que los traseros. Por el contrario, los neumáticos traseros son los que ejercerán un mayor esfuerzo si tienes un vehículo de tracción trasera. Incluso en un vehículo con tracción a las cuatro ruedas, los neumáticos no experimentan exactamente la misma cantidad de estrés al entrar en contacto con el suelo.
Por eso es mejor rotarlos cada 10.000 km.
3) Las ruedas necesitan alineación
Si sientes vibraciones o temblores al conducir, o el coche se desvía hacia un lado, es el momento de alinear las ruedas. Debido a muchos encuentros con baches y bordillos, pueden desplazarse de su posición normal y paralela. Si tu volante está desalineado, es otra señal de que sus ruedas necesitan urgentemente ser alineadas correctamente.
Pero no hay que esperar a que esto empiece a notarse. Los desajustes más pequeños a menudo pueden pasar desapercibidos, y eventualmente tus neumáticos pagarán el precio por ello.
Por lo tanto, esta es otra parte del mantenimiento regular del coche que debe hacerse dos veces al año. No cuesta mucho y a la larga te ahorra dinero.
4) Ajusta tu estilo de conducción
Conducir rápido puede ser divertido, pero no va de la mano de la salud y el buen estado de los neumáticos. Conducir rápido, frenar bruscamente, acelerar agresivamente o golpear los bordillos no es un buen ejercicio muscular para tus neumáticos. Estas prácticas les obligan a someterse a un estrés aún mayor que el habitual y a deteriorarse a un ritmo más rápido.
Está muy bien si tienes un coche deportivo potente que sólo requiere pisar el acelerador, pero intenta no hacerlo a menudo. A los neumáticos les gusta ser tratados con la mayor delicadeza posible. Golpear el suelo y luchar contra los baches es un problema suficiente para ellos. No es necesario agravarlo. Al menos si quieres que duren mucho tiempo.
5) El caucho odia el sol
Los neumáticos gastados pueden contribuir a una mala conducción, pero hay algo igual de malo: las grietas esparcidas por los flancos como las arrugas en la cara de un hombre muy viejo.
Esta afección suele estar asociada a la caries natural debida al envejecimiento. Pero los años de experiencia no son la única causa. También puede producirse por la exposición frecuente al calor y al sol, cuyos rayos UV no sólo son nocivos para el ser humano.
Guarda tu vehículo en un garaje. Si no tienes uno, acostúmbrate a aparcarlo en lugares sombreados y harás un favor a tus neumáticos (y a tu cartera).