Primero fueron los coches híbridos y ahora le toca el turno a los eléctricos. Ya no es extraño que nos adelante uno por la autovía o ver como carga sus baterías en un punto de carga, los coches eléctricos han venido para quedarse y están predestinados a ser el futuro de la automoción. Aunque no lo creamos, tarde o temprano todos tendremos uno. ¿Pero que sabemos de estos vehículos? ¿Qué mantenimiento debe tener un coche eléctrico?
Mantenimiento del motor
El motor de un coche eléctrico es mucho más sencillo que el de uno de combustión. El motor de un coche térmico está compuesto por miles de piezas que deben funcionar bajo altísimas temperaturas y que están sometidas a una alta fricción. Esto conlleva que, tarde o temprano haya que reparar o sustituir alguna de ellas.
En cambio, un motor eléctrico no posee ningún tipo de piezas móviles causantes de rozamientos o altas temperaturas, por lo que su mantenimiento es prácticamente nulo. Del mismo modo ocurre con sus sistema electrónico o el puerto de carga. No es necesario realizarle ningún mantenimiento.
Mantenimiento de las baterías de un coche eléctrico
Las baterías son el otro pilar central sobre el que se sostiene el concepto de coche eléctrico. Se trata de un elemento que puede deteriorarse, aunque las actuales duran más de 10 años. Mientras tanto, su mantenimiento también es inexistente, lo que abarata los costes a la larga.
Eso sí, cambiar las baterías de un coche eléctrico puede resultar bastante costoso y su precio depende del modelo y la marca. Por poner un ejemplo, las baterías del Volkswagen ID.3 pueden costar más de 14.000 euros, mientras que las del BMW i3 los 8.000 euros.
Mantenimiento del resto de elementos
Quitando el mantenimiento del motor y el de las baterías, el mantenimiento de un coche eléctrico es prácticamente idéntico al de uno de combustión, ya que está conformado por los mismos elementos.
De este modo tenemos las suspensiones, los neumáticos, los frenos, los filtros, etc. A esto hay que añadirle la revisión del sistema de conexiones eléctricas, algo bastante complejo y que debe realizarse por personal cualificado con ciertas herramientas específicas.
A grosso modo se puede decir que el mantenimiento de un vehículo eléctrico sí es más barato que el de un coche de motor térmico, independientemente de que sea gasolina o diésel, siempre y cuando no tenga ningún tipo de avería demasiado grave.