Estamos hartos de repetir que el futuro de la automoción es eléctrico. No obstante, uno de los puntos a mejorar para que todo el mundo se anime a dar el paso es el de mejorar las baterías de los autos. Aunque han evolucionado una barbaridad en los últimos años, su capacidad todavía no es capaz de competir con la autonomía que puede ofrecer un auto de motor térmico. Pero todo puede que cambie con el descubrimiento en las baterías de silicio de alta densidad, que pueden multiplicar por diez la capacidad de las baterías actuales.
Los estudios científicos en el campo de las baterías de litio están centrándose en el silicio para conseguir albergar más energía que el grafito de hoy en día. Unas baterías con este componente conseguirían aumentar considerablemente su capacidad, por lo que el mercado de autos eléctricos recibiría un impulso en ventas. No obstante, el silicio no resiste las tensiones que se generan en el ciclo de la batería, problema que está a punto de resolverse.
Actualmente existen grandes laboratorios investigando como reemplazar el grafito de los ánodos de las baterías por silicio de alta densidad. El problema es evitar el principal problema que esto supone, ya que ahora mismo, a medida que van pasando los ciclos de la batería y esta se carga y descarga, el silicio tiende a hincharse, por lo que agrieta el ánodo y termina por echar a perder la batería.
Para solucionarlo se han probado diferentes cosas, como combinar silicio en nanoestructuras, combinarlo con electrolitos o insertar el material en grafeno. Tras varios estudios, un equipo científico del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico ha observado un detalle que puede cambiarlo todo.
En cada ciclo de la batería, los iones se mueven adelante y atrás entre ánodo y cátodo gracias al electrolito líquido. De esta forma, los iones empujan los átomos de silicio hacia un lado, provocando que se hinchen hasta cuatro veces su tamaño y la batería falle.
Ahora mismo, los investigadores han conseguido averiguar que, a medida que la batería se carga y se descarga, los iones crean vacíos que evolucionan hasta convertirse en una brecha. Debido a esto, una batería de esta clase no resiste mucho más de 30 ciclos.
Todavía no han conseguido arreglar este error, pero ya han dado el primer paso, que es saber dónde se encuentra el problema. Ahora comienza el trabajo de investigación para solucionarlo, lo que hace que la cuenta atrás para baterías con más capacidad esté a la vuelta de la esquina.
