En 2019 se realizó, a nivel europeo, una auténtica revisión de todo el Reglamento de Seguridad General. El resultado fue la obligación de que todos los vehículos fabricados a partir de 2022 tuviesen un total de 11 sistemas de seguridad equipados.
Los 11 sistemas que todo vehículo nuevo debe llevar equipado en 2022 son:
- Frenado autónomo de emergencia que detiene el vehículo automáticamente a más de 60 km/h.
- Limitador de velocidad inteligente que impide superar los límites de cada vía.
- Etilómetro que bloquea el arranque del motor.
- Sensor de presión de los neumáticos que alerte si la presión no es adecuada.
- Cámara trasera que permita aparcar.
- Cristal de seguridad que absorba el impacto de la víctima en caso de atropellar a un peatón o ciclista.
- Cinturones de seguridad mejorados.
- Protección de impacto lateral.
- Caja negra. Una base de datos que registra y almacena todo lo relacionado con el funcionamiento del automóvil.
- Ayuda activa para mantenerse dentro del carril.
- Reconocimiento y prevención de distracciones, también conocido como sistema de advertencia de somnolencia y atención al conductor (DDAW por sus siglas en inglés)
¿Qué ocurre con el DDAW?
El sistema de advertencia de somnolencia es un compendio de cámaras y sensores que vigilan al conductor en todo momento. Estas cámaras pueden controlar en todo momento comportamientos que puedan perjudicar la seguridad de los ocupantes y demás usuarios de la vía. Escanean y registran cualquier gesto o movimiento del conductor y pueden incluso detener el auto en caso de que el conductor no responda a las advertencias.
El hecho de que este sistema registre en todo momento lo que hacen los conductores es algo que nos hace pensar en la brecha que un sistema de este tipo puede provocar en la privacidad y en el comportamiento de los usuarios.
Por otro lado, este sistema ha obligado a los fabricantes a realizar diferentes pruebas de validación para poder instalarlos en sus vehículos. Esto ha provocado que durante los últimos años se hayan tenido que especificar ciertos requisitos técnicos y diferentes procedimientos de seguridad.
Aunque todo esto ha supuesto una inversión extra para los fabricantes, según el análisis de la Comisión encargada de vigilar y desarrollar estos procesos, estas nuevas implementaciones no tendrán ningún impacto en el precio final de los vehículos y gracias ellos se podrán salvar más de 25.000 vidas antes de 2040.