La tecnología de los motores avanza a pasos agigantados. Esto supone un aumento de los componentes electrónicos que hacen encarecer su precio, pero también su mantenimiento y su reparación. Si tienes un diésel y quieres que te dure muchos años antes de tener que cambiar a un motor de última generación aquí te dejamos los mejores consejos para el mantenimiento de un diésel.
El mantenimiento, al día
Los motores diésel pueden ser muy agradecidos si se le realiza el mantenimiento teniendo en cuenta los tiempos que indica el libro de mantenimiento. También hay que tener en cuenta cosas como el tipo de aceite y repuestos, pero siempre que se respeten los plazos marcados por el fabricante disminuyen las posibilidades de sufrir una avería.
Cada una de estas revisiones puede alcanzar un precio de hasta 200 euros, pero hay que tener en cuenta que estamos alargando su vida y evitando tener que realizar un gran desembolso ante una avería importante.
No apagues el motor inmediatamente
Si has conducido durante un buen rato (más de 5 o 10 minutos) y lo has hecho por autovía o por puertos de montaña, no apagues el motor inmediatamente después de llegar a tu destino. Lo mejor es dejarlo en marcha durante un rato para que el aceite no se acumule en la turbina y se carbonice. Esto puede suponer alargar la vida del turbo de una forma considerable.
Cuidado con la reserva
El combustible diésel suele contener impurezas que se acumulan en el fondo del depósito, por eso es recomendable repostar cuando la aguja baja del cuarto del depósito. Como eso no es del todo sencillo, intenta no apurar demasiado la reserva para que las impurezas no copen el sistema de alimentación, los inyectores o, lo que es peor, la bomba del depósito.
Haz la revolución
Conducir un coche diésel por debajo de las 2.000 revoluciones por minuto puede suponer una avería importante en la válvula EGR del catalizador. Se trata de un sistema que recoge parte de los gases emitidos por el escape para introducirlos a los cilindros y completar la combustión.
Una avería en la válvula EGR puede traducirse en tirones, pérdidas de potencia y excesos de vibración. El precio para repararla puede variar dependiendo de si solamente es la válvula o de si ha llegado a dañar el motor.