Primero fue el alquiler de vehículos, después el auge de las apps de coche compartido, actualmente está creciendo el renting, pero uno de los nuevos fenómenos que están viendo aumentar su popularidad en los últimos tiempos es el denominado carsharing. A medio camino entre todas las formas de utilizar un coche citadas anteriormente, este nuevo concepto nace de la economía colaborativa. Te explicamos en qué consiste.
¿Qué es el carsharing?
Se podría definir como el uso temporal de coche compartido. Una especie de alquiler por días, horas o incluso minutos.
Con este tipo de servicio, los clientes dejan completamente de lado el hecho de poseer un vehículo propio y eliminan todos los costes derivados que ello pueda ocasionar, desde el mantenimiento y el seguro hasta la limpieza del mismo.
Este alquiler de forma temporal puede resultar muy cómodo a la hora de solucionar problemas de transporte ocasionales tanto a particulares como a profesionales.
¿Cómo funciona el carsharing?
Para contratar un servicio de carsharing hay que darse de alta en una de las múltiples empresas que ofrecen este servicio, a través de su página web o de una app. Este tipo de servicios está ya muy extendido en las grandes ciudades y permite alquilar un coche por algunos céntimos el minuto.
Para registrarse en una empresa de carsharing, lo más común es validar el carnet de conducir, aceptar las condiciones y normas de uso y poco más.
Una vez registrado, el usuario tendrá a su disposición un mapa de la ciudad con los coches que estén disponibles en ese momento. Tras seleccionar el más cercano, solamente tendrá que acercarse hasta él.
Para abrirlo, la mayoría de empresas cuentan con un sistema de tarjetas que permite identificar al conductor gracias a un lector en el propio vehículo, aunque también las hay que disponen de sistemas de geolocalización que reconocen el smartphone del usuario. Una vez en el interior, el usuario tendrá que introducir un pin o clave para poder acceder a la llave.
Beneficios del carsharing
Este tipo de iniciativas permiten que las ciudades se descongestionen de vehículos. Además, el hecho de tener el control durante el viaje hace que los usuarios puedan tener un mayor control del gasto del que podrían tener con un taxi, por ejemplo.
Se trata de una nueva alternativa a la hora de desplazarse que incentiva el uso instrumental del vehículo, lo que puede resultar muy interesante si se es una persona que recorre pocos kilómetros al año.
