Estamos en la era de los cambios. El planeta tiene muchos habitantes y, por consiguiente, demasiados autos. Coches que consumen combustible, que funcionan con componentes muy contaminantes y que emiten demasiados residuos a la capa de ozono. Por eso, es normal que la tecnología avance hacia la optimización de los recursos. En la nueva época de la automoción se buscan las cero emisiones y el aprovechamiento total de la energía que pueda producir cualquier elemento móvil. Y hoy toca el turno de los amortiguadores.
En primer lugar fueron los coches híbridos y los 100% eléctricos. Tras todo esto llegó la recuperación de la energía cinética a través de la frenada, que permite a estos vehículos recargar sus baterías con la energía recuperada de la frenada.
Ahora, el camino nos lleva a recuperar energía de cada bache, irregularidad o curva a través de los amortiguadores. El reto no se centra solamente en conseguir cargar las baterías cada vez que la suspensión se mueva, también hay que lograr que el sistema de suspensión sea fiable y se continúe manteniendo el confort y la seguridad de los ocupantes del vehículo.
Amortiguadores regenerativos
Cada vez que se toma un bache, los amortiguadores producen un movimiento vertical en la suspensión. Este movimiento se puede utilizar para producir energía, y así lo han demostrado desde una empresa alemana de amortiguación.
Los datos que esta empresa ha publicado han impactado en el mundo de la automoción, su sistema de suspensión ha sido capaz de recuperar 15 kWh de cada 100 kilómetros recorridos.
Quizá, para los que seguimos abrazando los motores térmicos estos números no tienen demasiado sentido, pero quiere decir que, a grandes rasgos, muchos autos eléctricos de los que existen hoy en el mercado podrían doblar su autonomía.
Por ahora, una empresa de transporte ya se ha ofrecido a probar este sistema de amortiguación en una flota de camiones eléctricos, algo que pinta bastante bien debido al cabeceo y peso de estos vehículos.
