Los dueños de un auto prefieren esperar lo máximo posible para comprar un vehículo nuevo o de ocasión. Según los últimos datos, la edad media del parque automovilístico en España se establece en vehículos de más de 12 años. Cuando un coche llega a esta edad, surgen las dudas sobre si nos encontramos ante un vehículo viejo, antiguo o clásico.
¿Qué entendemos por coche viejo?
El coche viejo no está definido por ninguna ley ni convenio. Esta es la principal diferencia entre viejo y clásico o histórico. Como coche viejo entendemos que el auto ha superado los 10 años. Cualquier coche que cumpla esta condición será considerado viejo, siga circulando o no.
Un auto viejo suele acudir al taller más a menudo, ya que su mantenimiento es más exigente y se averían con más frecuencia. No obstante, puede que el modelo de un coche que ya es viejo todavía se encuentre en fabricación.
¿Qué es un coche clásico?
A nivel usuario, clásico e histórico se suelen utilizar de la misma manera. Puede que incluso se utilicen las palabras coche antiguo o de colección. No obstante, podemos encontrar algunas diferencias.
Un vehículo clásico debe haber cumplido los 25 años y su mecánica y aspecto debe mantenerse igual que después de su fabricación. Se permiten algunas modificaciones, pero deben ser acordes a la época.
Esto significa que, si el auto se comercializó con un motor poco potente, no podremos ponerle uno mayor. O que si no tenía aire acondicionado cuando salió a la venta, no podremos instalarle un equipo que nos refresque.
En el lado bueno, existen municipios en los que los vehículos clásicos no pagan el impuesto de circulación.
¿Qué es un coche histórico?
Son los que están en lo alto de la pirámide. Su legislación está regulada y deben cumplir varias exigencias legales. Para convertir un vehículo en histórico este debe tener más de 30 años, mantenerse en su estado original y no se deben fabricar más unidades del modelo.
Tienen que pasar varias inspecciones técnicas antes de recibir la matrícula H y la DGT podrá limitar su circulación. Además, las aseguradoras pueden imponer que no se supere un límite de kilometraje anual y el Estado puede solicitarlos para exposiciones, dependiendo de su valor histórico.
Por otro lado, en la mayoría de lugares no es necesario pagar impuesto de circulación y deben pasar la ITV con menos frecuencia. Estas inspecciones suelen ser menos complejas y el seguro es más barato.
