Es muy popular la idea de que el primer monovolumen que salió al mercado fue el Renault Espace en 1984. Y aunque sí es cierto que fue el primer monovolumen que alcanzó un gran éxito y popularizó los vehículos de este segmento, hay un precedente que salió al mercado 30 años antes, el Fiat 600 Multipla.
Heredero del Fiat 600
Poco queda por decir de este clásico. Se lanzó al mercado en 1955 y se convirtió rápidamente en un éxito gracias a su precio y a su mecánica, que requería de poco mantenimiento. Por si fuera poco, en la época, el 600 ofrecía un número de entre 4 y 5 plazas pese a su reducido tamaño (3,22 m de longitud).
Debido a que el 600 era demasiado pequeño para una familia de entonces, se comenzó a comercializar con una carrocería monovolumen que alargaba su longitud hasta los 3,43m, solamente 20 centímetros más.
La base técnica era exactamente idéntica, no obstante, la suspensión era diferente ya que heredaba la del Fiat 1100. Contaba con 2 puertas y tenía capacidad para que en su interior viajasen 6 pasajeros repartidos en tres filas de asientos.
Estirando los 20 centímetros de más
Aunque solamente medía 20 centímetros más que el 600 convencional, gracias a que el motor del Multipla se situaba en la parte trasera, se pudo colocar la primera fila de asientos justo sobre el eje delantero, lo que ofrecía más posibilidades a la hora de distribuir el espacio de las que se pueden pensar en un principio.
Para acceder al interior, los pasajeros de la primera fila contaban con dos puertas conocidas como “suicidas”, mientras que los pasajeros de la segunda y tercera fila podían acceder por otras dos puertas bastante más amplias de apertura convencional. El maletero no tenía ningún tipo de puerta y, para acceder al motor había que hacerlo a través de una trampilla en la parte de atrás.
2 versiones
En sus inicios el Fiat 600 Multipla estaba equipado con un motor de 633cc que después ascendió a 750cc. La versión más sencilla contaba con dos bancos traseros que dejaban un gran hueco en el maletero. Estos dos asientos podían plegarse para convertirse en una cama. La versión más lujosa venía equipada con un banco delantero y cuatro asientos individuales en la parte trasera que podían plegarse para formar una superficie de carga completamente plana.
