Desde hace más de un siglo, los seres humanos compartimos nuestro día a día con diferentes maquinas en el hogar, en el trabajo y en el entorno urbano. Una de las más complejas, sin duda, es el automóvil. Todo un engranaje de piezas y mecanismos que, muchos de nosotros, ni siquiera sabemos como funciona en su totalidad, de ahí la necesidad de tener disponible el manual del automóvil.
Antes no había internet ni televisión y la tecnología de la información no estaba tan extendida. Tampoco era tan popular la automoción. Cuando nació, el primer auto era caro y a los ciudadanos les parecía algo de otro planeta. A todo esto hay que añadir que nadie nace sabiendo conducir.
Nadie entiende nada
Los principios siempre son difíciles. Imagina que vives en una ciudad a finales del siglo XIX y ves el primer automóvil. Te surgirían un montón de preguntas. ¿Qué tipo de piezas lo componen? ¿Cómo se mueve?
Ahora imagina que te regalasen uno. Eso sería todo un caos.
Debido a la dificultad que suponía la conducción para los ciudadanos que vieron nacer los coches, nacieron los manuales de automóvil. Aunque ahora solamente los utilicemos de manera puntual para conocer el funcionamiento de una pieza exacta, en realidad se trata de documentos muy completos que está bien tener a mano en cualquier momento.
El manual de un automóvil contiene todos los datos del coche, sus diferentes características y explica a la perfección cómo funcionan sus sistemas. En la actualidad han evolucionado y todos presentan una estructura similar, pero ¿sabes cuál fue el primer manual de auto de la historia?
El primer coche ya tenía manual
Se cree que el primer manual de coche de la historia está en el Museo Automotriz de la Fundación Simeone de Filadelfia, en Estados Unidos. Pertenece al Benz Patent-Motorwagen, el primer auto que salió al mercado y que confundió a toda la audiencia de 1886.La gente no entendía cómo ese artilugio podía transportar personas, así que sus creadores diseñaron este manual, con el que explicaban de forma sencilla todo lo necesario para hacerla funcionar. Además de los textos, lo acompañaron con diferentes ilustraciones e imágenes que hacían su comprensión más sencilla.
En el manual se puede observar, por ejemplo, un diagrama que muestra los componentes necesarios para emprender y detener la marcha.
