Los intermitentes son el sistema de seguridad más habitual, más fácil de usar y, probablemente, el que más tiempo lleva acompañando de serie a los automóviles de nuestras calles.Por desgracia, parece que muchos conductores se olvidan de ellos a la hora de facilitar un poco las cosas al resto.
¿Qué es un intermitente?
Los intermitentes son unas pequeñas luces naranjas parpadeantes que sirven para facilitar la correcta comunicación vial entre conductores. A través de ellos se puede indicar al resto de usuarios hacia dónde vamos a ir o cuales son nuestras intenciones de giro. Se accionan a través de una palanca tras el volante y son obligatorios en la Unión Europea para todos los turismos de nueva matriculación.
Intermitentes en rotondas
Cada vez podemos ver más rotondas a lo ancho y largo de nuestra geografía. Son muy útiles para mejorar la fluidez del tráfico y el intermitente es vital para moverse dentro de ellas.
Por desgracia, a la hora de entrar en una, muchos conductores parece que han olvidado dónde se encuentra la palanquita que lo acciona. De esta manera, muchos autos se quedan parados en el ceda que se encuentra antes de entrar a la rotonda porque desconocen las intenciones de salida de los que circulan por su interior.
Utilizar el intermitente para indicar por dónde se va a salir de una rotonda es algo primordial. La información es útil para los conductores que esperan para entrar y para los que conducen por otros carriles dentro de la misma y pueden ayudar a prevenir algún que otro choque.
Intermitentes en autovías y autopistas
Son dos las maniobras en las que el uso de intermitente es indispensable: en las salidas y entradas y en los adelantamientos.
Muchas veces estas maniobras en autovías y autopistas no se señalizan o se hacen cuando el coche ya casi se encuentra en otro carril. Esto puede dar lugar a maniobras temerarias, ya que al mal uso de los intermitentes suele acompañarle el escaso respeto por la distancia de seguridad.
Intermitentes en la ciudad
Dentro de la ciudad se pueden dar mil y una situaciones en la que es necesario indicar las intenciones al resto de conductores ya que, el ajetreo de sus calles forma el caldo de cultivo perfecto para una colisión. Un ejemplo puede ser el de detenerse con la intención de aparcar. Basta con señalizar con el intermitente hacía el lugar en el que se va a estacionar para avisar al resto de conductores.
Los demás coches que comparten la vía no tienen manera de saber hacía dónde vamos a girar o cuando nos vamos a detener. Así que un buen uso de los intermitentes puede ahorrarnos un disgusto.