Los amortiguadores son un elemento clave para la seguridad en carretera. Junto con los neumáticos y los frenos, se encargan de mantener el control del vehículo. Absorben las irregularidades del terreno y asisten a los sistemas de seguridad como el ABS o el ESP. Por eso debemos preocuparnos de que se encuentren en buen estado en todo momento.
¿Cómo comprobar el estado de los amortiguadores?
Existen formas un tanto “caseras” para comprobar el estado en el que se encuentran los amortiguadores de nuestro coche. Una de las más conocidas y fiables es la de ejercer presión sobre uno de los cuatro extremos del vehículo.
Tras presionar y hundir el coche todo lo posible, hay que soltarlo y observar cómo vuelve a su posición original. Si lo hace lentamente, de manera estable y sin rebotar, significará que los amortiguadores se encuentran en buen estado. Si no es así, lo mejor es llevarlo a nuestro taller de confianza para que los revisen.
¿Cuándo hay que cambiar los amortiguadores?
El desgaste en la amortiguación de un auto no es perceptible a simple vista. Los mecánicos recomiendan que se revisen cada 20.000 kilómetros o una vez al año.
Por otro lado, el cambio debe realizarse a partir de los 65.000 kilómetros y antes de superar los 90.000. Se aconseja, también, que se realice el cambio de los amortiguadores por ejes. Es decir, hay que cambiar los dos delanteros, los dos traseros o los cuatro a la vez y no cambiar solamente los de un lateral o hacer cambio cruzado, ya que esto descompensaría la estabilidad y firmeza del automóvil.
Signos que indican desgaste del amortiguador
Existen varias señales que pueden indicar que nuestros amortiguadores se encuentran en mal estado. Una de las señales es el desgaste de los neumáticos de forma irregular. Otra señal del mal estado de la suspensión es el aumento del tiempo y distancia del frenado, dificultad a la hora de controlar el automóvil en curvas o zonas mojadas, notar demasiadas vibraciones en el volante o un exceso de sensibilidad al viento lateral.
