Si bien los coches voladores siempre nos han sonado a elementos más propios de la ciencia-ficción que de una realidad cercana, no han sido pocos los intentos y propuestas que, a lo largo de la historia se han hecho para hacer realidad este concepto. Sin embargo, todos esos prototipos siempre se han asemejado más a una avioneta, a un helicóptero o a un dron que a un automóvil en sí.
Pero parece que desde la compañía eslovaca KleinVision están dando pasos hacia la conquista del aire como alternativa al ajetreo y a los atascos que se dan en las carreteras de tierra firme. Para ello han presentado el AirCar, un auto que se convierte en avioneta en tan solo tres minutos.
En solo 3 minutos
Aunque todavía se trata de un prototipo, el AirCar de KleinVision es un turismo funcional de cuatro ruedas que, tras pulsar un botón, comienza un espectacular proceso para convertirse en aeronave. Para ello despliega una cola y dos alas como podemos ver en el vídeo. Una vez hecha la transformación, solamente necesita una pista recta de 300 metros para alzar el vuelo.
Últimas pruebas
KleinVision realizó las pruebas de este prototipo en el aeropuerto de Piestany (Eslovaquia). Allí pudo completar con éxito dos despegues y llevar a cabo sus dos correspondientes aterrizajes. Durante la travesía llegó a alcanzar una altura de 450 metros.
Según KleinVision, el AirCar puede alcanzar los 200 km/h y tiene autonomía para 1.000 km. Se trata de un vehículo biplaza que pesa 1.100 kg y que, con ambos asientos ocupados, puede transportar una carga adicional de 200kg.
Más potencia en un futuro
El AirCar porta un motor 1.6 de BMW capaz de desarrollar 140CV. KleinVision ha declarado que tienen intención de añadir un motor de mayor rendimiento cuando terminen el proceso de homologación, que está avanzando favorablemente.
Por ahora, ya han completado los test de vuelo regulados por EASA y entregarán un modelo con certificado ADEPT y equipado con un propulsor de 300 CV en el próximo medio año. Desde la empresa eslovaca se congratulan en afirmar que ya tienen un comprador.
