En general, la sociedad está cada vez más comprometida con la protección del medio ambiente. Y la verdad es que realizando pequeñas acciones y cambios en los hábitos diarios se puede conseguir más de lo que habitualmente se piensa.
Ya que no todo el mundo puede permitirse comprar y mantener un coche eléctrico, presentamos algunos consejos para conducir de forma menos contaminante, algo que también se notará en el bolsillo.
En los neumáticos está la clave
Conducir con neumáticos en mal estado puede suponer un gasto de combustible de más del 20%. Vigilar su presión regularmente ayuda a reducir el consumo y su desgaste, por lo que además, tendremos que cambiarlos menos a menudo.
Otras cosas que ayudan a mejorar el estado de las gomas son un buen equilibrado y vigilar las válvulas y los tapones de escape, que ayudarán a mantener la presión para que nuestro neumático pueda rendir de la manera más eficiente.
Cómo conducimos también cuenta
Apostar por una conducción suave y progresiva en todo momento hará que el consumo de combustible descienda y, con ello, las emisiones de CO2.
Se debe evitar los acelerones bruscos y los frenazos de pocos metros. Lo mejor es adaptarse a la velocidad marcada por la vía o por el propio tráfico.
Conducir con marchas largas, siempre que la situación lo permita, también ayuda a que nuestra conducción sea más eficiente y ecológica. A esto hay que unirle el uso del freno motor a la hora de aminorar la velocidad.
Lo mejor, practicar una conducción que favorezca la anticipación, esto nos proporcionará la capacidad de poder reducir marcha y levantar progresivamente el pie del acelerador con la distancia suficiente para evitar pisar el pedal del freno.
Las ventanillas ¿subidas o bajadas?
Cuando conducimos con las ventanillas bajadas, la aerodinámica se reduce considerablemente, provocando un mayor consumo de combustible. En cambio, si conducimos con las ventanillas subidas, es inevitable utilizar el climatizador para poder regular la temperatura del interior.
Lo ideal es, siempre que sea posible, bajar las ventanillas durante los trayectos urbanos y subirlas en los viajes por carretera. Esto hará que la resistencia sea menor y, a su vez, el consumo.
Apagar el motor
Los estudios aseguran que, si se apaga el motor del coche durante paradas superiores a dos minutos y en los atascos, el ahorro de combustible puede llegar al 10%. Para ello, la mayoría de autos cuentan con el sistema start & stop, pero si se trata de un coche más antiguo, nada como girar la llave durante unos minutos.