Conocemos varios casos de la electrificación de un motor de combustión interna por energía fósil, y realmente, estos cambios son muy importantes, ya que les podemos dar a nuestros hijos una educación y una adaptabilidad hacia el futuro para ayudar a mejorar nuestro planeta.
Ron Grosinger es un profesor de origen alemán que imparte clases en el Memorial High School en Nueva Jersei, donde han incorporado un nuevo programa de estudios para los ingenieros automotrices que literalmente ha renovado y revivido la carrera desde su llegada, ya que este tipo de estudios había sido una de las últimas opciones por muchos de los estudiantes durante los últimos años.
En muchas escuelas de los Estados Unidos los programas automotrices han ido en picada y en West New York no es la excepción, ya que desde hacía unos cuantos años, las escuelas han sufrido unas cuantas bajas de profesorado y de alumnos por la falta de interés.
Grosinger, viendo el desinterés de todo el mundo sobre esta rama de la ingeniería, ideó una nueva manera de enfocar la preparación y la vocación de los alumnos, quienes acuden a la universidad en busca de nuevas experiencias y aprendizajes que les permitan desarrollarse como mecánicos eficientes en el futuro, capaces de adaptarse a las nuevas tecnologías.
El profesor pensó y decidió que la manera más sencilla de adaptar a sus alumnos era siendo creativo ya su vez, manteniendo el programa de estudios en el que tienen que formar detalladamente a todos los alumnos para que se empapen bien del temario. El profesor comunicó: “Si se continúa enseñando a los alumnos solo sobre motores a gasolina, es lo mismo que enseñar a los ingenieros de audio sobre cintas de 8 pistas”.
Es así como Grosinger decidió que, en el nuevo programa de este año, enseñaría a sus 27 alumnos como transformar un automóvil clásico con motor a gasolina en un moderno y electrificado vehículo impulsado por energía eléctrica, formación interesante que está en auge como futuro de la movilidad. En este caso, el vehículo en el que han trabajado él y sus alumnos es un Volkswagen Cabriolet 1990, un vehículo equipado por componentes fáciles de conseguir en esa época.
Este profesor tuvo que tomar clases intensivas de dos semanas en San Diego, California, acerca de esta conversión de motor de combustión fósil interna por el movimiento a través de la electricidad. Ahora, tras un año de gran trabajo, los alumnos del profesor han aprendido cómo construir piezas mecánicas en cartón, madera y acero, además de que mejoraron sus habilidades eléctricas, entendiendo la manera en la que funcionan lo cableados y todo el sistema eléctrico de cualquier vehículo.
Esta es una de las mejores formas de formación a los jóvenes que quieren ofrecer un cambio al mundo automotriz y que piensen que gracias a estos grandes avances, podemos sostener nuestro planeta de una forma ecológica.