Las lunas de nuestros vehículos son materiales realmente necesarios en nuestros coches para protegernos contra agentes externos como la lluvia, el frio, el aire, la tierra, el polvo y todas las salpicaduras o lanzamiento de piedras o asfalto que nos pueden arrojar otros vehículos hacia el nuestro sin querer.
En pocos días finaliza el verano, una de las temporadas en las que normalmente más viajan los amigos, familias y parejas. Después de los largos viajes que solemos hacer para visitar cualquier parte de nuestro país, o incluso saliendo de él, visitamos todos los lugares turísticos que nos llaman más la atención y para llegar a ellos, en algunas ocasiones, hay que recorrer largas distancias en coche por caminos que a veces no están bien pavimentados o son caminos de tierra. En estas ocasiones, aunque llevemos mucho cuidado y guardemos la distancia correcta con los vehículos que puedan circular delante de nosotros, es muy fácil que impacte cualquier elemento externo en las lunas de nuestro coche, arañándola o dañándola de una forma irreversible.
En el momento en el que observemos que nuestra luna ha sido dañada o picada, tenemos que plantearnos realizar cualquier acción lo antes posible para que ese pequeño impacto no vaya en aumento ante cualquier bache, otro posible golpe o un cambio brusco de temperatura. Con lo cual, nos planteamos la siguiente pregunta, ¿qué hago? ¿reparar ese golpe o sustituir la luna del coche? No hay de qué preocuparse, porque los técnicos especialistas te asesorarán sobre la mejor solución en función del tamaño y la ubicación del impacto en el cristal. Al final tanto si tenemos reparar o sustituir la luna del coche, ¡para todo hay solución! En el caso de que un parabrisas pueda ser reparado, el diámetro del picotazo no puede ser mayor que 15 milímetros, aproximadamente como una moneda de 2 euros. Otro requisito para reparar nuestra luna es que la rotura esté situada a más de unos 8 cm del borde del parabrisas, ya que si está muy cercano al borde hay más riesgos de roturas futuras.
En caso de que la rotura sea claramente grande y supere las medidas que hemos mencionado anteriormente y no se pueda reparar, tenemos que optar por la opción de la sustitución de la luna en cuestión. Para esta opción simplemente nos tendrán que cambiar toda la luna que esté dañada y sustituirla por una nueva que esté homologada para ese vehículo. Finalmente nosotros aconsejamos que si la luna dañada se puede reparar enseguida, se repare para no contaminar más con los restos de este cristal dañado y para no tener que fabricar más lunas y ahorrar en ese coste de producción. En cambio, si el golpe del cristal es lo bastante grande como para cambiarlo y poner uno nuevo, lo primero es la protección y la seguridad en tu vehículo y tienes que cambiarlo en cualquier lugar especializado donde puedan hacerlo.
El precio de la reparación ronda los 60-80 € (una opción un tanto económica), y en cambio, una sustitución es más costosa, ya que estamos hablando de entre los 200€ hasta los 400€. No obstante, en España la mayoría de pólizas incluyen seguro de lunas y en la mayoría de casos un siniestro de lunas no afecta a la bonificación.