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Los recambios de auto que no deberías comprar en un desguace
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Los desguaces son centros de reciclaje de vehículos que ya no pueden circular porque están muy dañados tras una colisión grave u otras causas. Tras desmontar las piezas de los vehículos de estos lugares, se pueden revender las que están en buen estado. Los recambios que se pueden adquirir aquí pueden cumplir con su función perfectamente, siendo mucho más barato que uno original. Pero cuidado porque hay algunos que no siempre suponen ser una buena adquisición. Estos son los repuestos que nunca deberías comprar en un desguace.

 

Batería

Puede darse el caso de que funcionen correctamente durante un tiempo pero, a pesar de todo, una batería usada no durará tanto como una nueva, por lo que no conviene arriesgar mucho. Si te decides a comprar una batería de segunda mano, ten en cuenta que suelen llevar una inscripción con su fecha de fabricación y que probablemente no te dejen probarla en tu vehículo antes de llevártela, por lo que podrías tener algún inconveniente a la hora de montarla o no saber si realmente funcionará.

 

Airbags

Se trata de uno de los elementos de seguridad por excelencia que contienen los automóviles (junto con el cinturón de seguridad). Son bolsas de aire ocultas y repartidas en el interior del coche (en el volante, salpicadero, asientos…). En caso de colisión se despliegan en cuestión de microsegundos para evitar que el conductor y sus ocupantes impacten contra el volante, el salpicadero o cualquiera de las lunas y así evitar daños mayores.

Al tratarse de un elemento tan importante para la seguridad de los viajeros, no se recomienda su compra en desguaces ni a particulares. Además, la mayoría de los airbags caduca a los 10 años, así que en caso de accidente es probable que éstos no funcionen y las lesiones puedan ser graves. Por tanto, lo mejor es que estas piezas sean siempre nuevas.

 

Discos de freno

Otro de los elementos de seguridad más importantes de un auto son los discos de freno. Cada uno de ellos está unido al buje de la rueda, por lo que ambos giran a la par. Cuando el conductor pisa el freno, la pinza de freno presiona las pastillas contra el disco y genera una fricción que detiene el coche.

Un disco usado podría generar vibraciones al frenar, lo que hará que el coche tarde más en responder a esta acción, además de que generará ruidos que nos resultarán molestos. Si el desgaste de los discos es excesivo, podría llegar a partirse.

Además, cabe tener en cuenta que estos discos siempre se cambian por parejas (es decir, junto con las pastillas de freno) para que el desgaste de ambos sea similar y que el coche pueda frenar por todas las ruedas por igual (y no de un lado más que de otro).

 

Amortiguadores

Los amortiguadores, además de soportar todo el peso del vehículo, “absorben” las irregularidades de la vía para garantizar la estabilidad del coche en tramos con curvas. Si no se encuentran en buen estado, las frenadas se alargarán, la carrocería rebotará al pasar por algún bache y los derrapes serán más frecuentes.

A simple vista es difícil saber cuántos kilómetros ha recorrido un amortiguador (a no ser que tenga fugas de aceite en el exterior, lo que indica que no está en buen estado). No obstante, debes saber que, aunque se suelen cambiar cada 70.000 km (aproximadamente), tan sólo mantienen su eficacia al 100% durante los primeros 20.000 km. Ten en cuenta que habrás de cambiar, al menos, los dos del mismo eje para que su desgaste sea regular y el coche no se desvíe de su trayectoria.

 

Ruedas

Las ruedas son el punto de unión entre el vehículo y el suelo, por lo que no se aconseja nada comprarlas en un desguace puesto que pueden presentar un desgaste grande e irregular (especialmente si los llevaban autos con los amortiguadores en mal estado).

Los neumáticos, además, tienen “fecha de caducidad”, por lo que la goma de unos de segunda mano puede estar desgastada, disminuyendo sus prestaciones. El contacto continuo con hidrocarburos, disolventes o grasas y la exposición a la luz solar también los debilita bastante.

Cabe recordar que cada vehículo desgasta los neumáticos de una manera determinada. Es decir, cada coche necesitará unos neumáticos adecuados. Los de otro auto, aunque estén en perfecto estado, no ofrecerán las mismas prestaciones que unos nuevos.

 

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