La estética, la comodidad y los avances tecnológicos son importantes a la hora de escoger el coche de nuestros sueños pero, a la hora de conducir, debe primar la seguridad por encima de todo. Y eso ha de ser así en todo el planeta, a pesar de que los estándares de seguridad varían de un lugar a otro.
Así, en todo el mundo, la NCAP (siglas de New Car Assessment Programme) vela porque los nuevos vehículos sean más seguros, si bien sus normas de evaluación no son las mismas en distintos puntos del planeta. No obstante, esto no depende sólo de la organización NCAP, sino también de los gobernadores y políticos de un país.
La Euro NCAP es más estricta
En Europa son mucho más estrictos al realizar dichas pruebas a un coche. Un Fiat Punto con ABS, ESC y dos airbags no fue capaz de conseguir ni una sola estrella en su última prueba de seguridad por Euro NCAP. En América Latina este equipo de seguridad (por simple que sea) parece bueno.
Desde la organización europea recuerdan que para conseguir al menos una debería contar con un mínimo de asistencias de conducción y solamente tiene recordatorio de cinturón de seguridad para el conductor (para el copiloto no), además de no llevar otras opciones como detección de peatones, frenado autónomo de emergencia o alerta de colisión frontal.
En Argentina
Sin ir más lejos, en Argentina redactaron la nueva normativa para que todo auto nuevo contara obligatoriamente con un control electrónico de estabilidad. El acuerdo fue firmado por las marcas automotrices y el gobierno argentino. Dicho procedimiento iba a entrar en vigor en enero. Sin embargo, la Presidencia de la Nación postergó esta ley dos años más a pesar de los esfuerzos que pueda hacer la Latin NCAP.
México
En México se ha redactado una norma, la Norma Oficial Mexicana 194 (NOM-194-SCFI-2015), que entrará en vigor el próximo año 2019, que establece la instalación obligatoria de frenos ABS, airbags, testigos sonoros del cinturón de seguridad, cristales laminados y otros elementos para todos los autos nuevos fabricados desde 2016.
¿Por qué ocurre esto?
Fácil. Para que las empresas ahorren algunos millones de dólares. Instalar el sistema de estabilidad en cualquier coche cuesta, aproximadamente, 60 dólares, aunque hay que contar con que cada vez hay más avances tecnológicos, por lo que podría encarecerse aún más. Así, por cada 100.000 vehículos fabricados sin ESC, las marcas se ahorran 6 millones de dólares.
A pesar de ello, aunque las marcas presuman de seguridad en sus anuncios, la mayoría de accidentes que se producen a diario podrían evitarse si los coches contaran con control de tracción y estabilidad de serie, puesto que los airbags únicamente sirven para amortiguar el impacto.
Exigir seguridad
En resumen, en Latinoamérica existe un gran atraso en materia de seguridad vial. Los propios conductores y usuarios habrán de exigir que se instalen estos controles de estabilidad en sus autos puesto que son los propios gobiernos de los países en desarrollo los que ignoran la seguridad de sus ciudadanos.