Es un acto que se hace con bastante frecuencia a lo largo de la semana. Ir a una estación de servicio, pedir el combustible indicado al trabajador, repostar, pagar y subirse al coche de nuevo. Hasta aquí ningún problema pero ¿qué ocurre si en la gasolinera te ponen un combustible equivocado?
El Real Automóvil Club de España (RACE) estimó que en el año 2016 fueron más de 73.000 los conductores que echaron un combustible equivocado en su coche. Y es que repostar con el combustible equivocado (por ejemplo, echarle diésel a un motor de gasolina o viceversa) puede provocar graves daños mecánicos en el vehículo en caso de no actuar a tiempo.
Si se advierte pronto el despiste (sea nuestro o del operario de la estación de servicio), puede solucionarse con una limpieza general del depósito y de los conductos. Su precio puede rondar los 500 euros. En el peor de los casos, si se llega a circular con el combustible equivocado, la avería puede ser mucho más grave y, por tanto, más cara.
Indemnización
Según la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, se ha de indemnizar al consumidor por los daños y perjuicios causados por el uso de suministros y servicios erróneos si se diera el caso. Por ello, en caso de que el vehículo contemple daños y averías porque el trabajador de la gasolinera se ha equivocado al repostar, la responsabilidad de este error recae en la estación de servicio.
Cabe recordar que en caso de tratarse de una gasolinera de autoservicio, en las que es el propio consumidor el responsable del repostado y, por tanto, del error, la estación de servicio no tiene ninguna responsabilidad por lo que en este caso no puede haber indemnización alguna.
Reclamación y pruebas
Pero si el usuario desea denunciarlo para poder ser recompensado, ha de aportar pruebas: el ticket para comprobar que efectivamente repostó en esa gasolinera, el tipo de carburante que se suministró y un informe pericial del taller donde reparó el coche que confirme que los daños fueron causados por el uso de un combustible inadecuado.
Estas pruebas han de bastar para acreditar que los daños causados en el vehículo se debieron a un fallo o despiste cometido por un operario de la estación de servicio. Y en caso de dudas sobre quién repostó, se puede solicitar la grabación de las cámaras de seguridad.
También es importante pedir la hoja de reclamaciones de la gasolinera y llevarla a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) o a los Servicios de Consumo de la correspondiente Comunidad Autónoma.
Procesos legales
También se puede solicitar la mediación a través de un proceso de arbitraje entre el consumidor y la gasolinera. En caso de obtener un resultado negativo, se podrá reclamar por vía judicial dirigiendo la reclamación a la estación de servicio y, además, a la compañía aseguradora que cubra su responsabilidad civil. Si los daños no superan los 2.000 euros no es necesaria la intervención de un abogado para acudir por vía judicial.