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Cómo se hace un control de drogas
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El consumo de drogas a la hora de conducir es muy peligroso: reduce la atención y nuestros reflejos al volante, produce somnolencia… Supone un riesgo no sólo para quien lo consume, también para el resto de usuarios de la vía, sean conductores o peatones. Pero parece ser que a los consumidores no les importa mucho y los hay que hasta consumen varias sustancias a la vez, multiplicando los riesgos de sufrir un accidente al volante. 

De ellas, el cannabis y la cocaína son las que más positivos dan en los controles. Pero, ¿cómo se hace un control de drogas? La realización de un control de drogas es un poco más compleja que un control de alcoholemia: hay que hacer otro tipo de pruebas más específicas que necesitan más material, aunque, como indican en Tráfico, son pruebas de aproximación o de cribado, aunque son tan fiables como las pruebas médicas (tienen un 98’6% de fiabilidad)

Para ello, los agentes se pondrán en contacto con sus compañeros de laboratorio y vendrán en una furgoneta equipada con todo lo necesario para las pruebas (similar a las unidades móviles de donaciones de sangre).

Antes de su realización, los agentes deben informar al conductor de la obligación de someterse a la prueba. La negación a hacerla es delito y comporta una pena de prisión de seis meses a un año, además de la privación del derecho a conducir de 1 a 4 años.

Primera prueba de saliva

Por lo general, primero realizan una prueba de alcohol. Tras ella, se recoge una muestra de saliva (la cantidad mínima para la prueba es de 300 microlitros) con unos dispositivos especiales que la absorben. Esta prueba, denominada “indiciaria”, sirve para detectar la presencia de drogas por consumo reciente. 

Por consumo reciente se entienden las 4 o 6 horas anteriores a la prueba, pero hay algunas drogas que, de haber sido consumidas hasta en las 24 horas anteriores, pueden arrojar un resultado positivo en el test. En el extraño caso de que esta prueba dé un resultado negativo, no se tramitará sanción alguna

Segunda prueba de saliva

Si el resultado de este primer test da positivo en algún tipo de sustancia, se recoge una segunda muestra de saliva, para confirmar o descartar dicho resultado positivo. En ese caso, al conductor se le retirará el coche puesto que no está en condiciones para conducir. 

Tercera prueba: extracción de sangre

Tras las dos pruebas de saliva, existe una tercera: una extracción de sangre (que también puede solicitar el propio conductor si no está de acuerdo con el resultado de las pruebas anteriores). En este caso, la extracción ha de ser realizada por enfermeros/-as en un centro de salud o un hospital. 

Si el resultado del análisis da positivo, el conductor solicitante deberá pagar los gastos del mismo. En caso de que el conductor se niegue a la realización de las pruebas que el facultativo estime oportunas, esta negación es susceptible de ser sancionada como delito, de acuerdo al artículo 383 del Código Penal. 

Tras las pruebas, los resultados del laboratorio toxicológico se unen al informe del agente para iniciar el correspondiente expediente, que puede ser por vía administrativa (y conllevaría una sanción de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos del carnet) o por vía judicial (con penas de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años). Cabe recordar que en caso de dar positivo por alcohol y por drogas, se trataría de dos infracciones distintas. 

Efectos de las drogas en la conducción

A continuación, recordamos los efectos que producen las drogas más consumidas:

  • Cannabis: Relajación, hilaridad, reacciones lentas, falsa sensación de seguridad.
  • Cocaína: Excitación, euforia, menor concentración, agresividad.
  • Anfetaminas:Falta de sensación de fatiga, excitación, movilidad limitada, agresividad.
  • Éxtasis: Euforia, ilusiones ópticas, deslumbramiento, visión borrosa.
  • Opiáceos: Alucinaciones, convulsiones, calambres, comportamientos arriesgados y violentos.

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