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¿Se adaptarán las industrias del sector del motor al coche eléctrico?
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Todavía no son muchos los coches eléctricos que circulan por nuestras carreteras, pero ¿qué ocurrirá cuando logren implantarse al cien por cien en la sociedad? Aún quedan bastantes años para ello: no se sabe si será un cambio inminente (se espera que sea entre 2020 o 2030) o más tarde, ni si el paso al eléctrico será directo o habrá periodos de transición (coches híbridos). Lo que sí se sabe es que supondrá, sin duda, un antes y un después en todo el mundo, especialmente a nivel laboral.

El mercado de la automoción

Evidentemente, los primeros afectados por este cambio serán las grandes empresas del sector de la automoción. Aunque el mercado de los autos de combustión es más que estable (hay muchas marcas y suministradores), con los eléctricos aparecerán nuevas marcas y fabricantes que querrán conseguir beneficios.

Si bien las marcas conocidas (Renault, Kia, BMW, Ford, Hyundai, Volkswagen, Citroën…) también han lanzado algunos modelos eléctricos (algunas comenzaron lanzando híbridos), a día de hoy Tesla se posiciona como la marca de vehículos eléctricos más fuerte del mercado. Pronto puede surgirle competencia: hay rumores de que Apple y Google quieren sumarse al carro y lanzar sus propios coches eléctricos. De este modo, las marcas de toda la vida deberán hacer un gran esfuerzo por ser más competitivas para no desaparecer.

El resto de los eslabones de la cadena

Y si las marcas son importantes, más lo son el resto de los eslabones de la cadena que conforman el sector de la automoción al completo. Hablamos de las empresas que hay detrás del montaje de los coches: los fabricantes y productores. Si tenemos en cuenta que el motor de los vehículos eléctricos es mucho más sencillo que el de combustión, muchas piezas de los actuales vehículos serán totalmente innecesarias. 

Este cambio tecnológico requiere un reaprendizaje de las nuevas tecnologías en el que los fabricantes habrán de adaptarse cuanto antes al diseño y a la fabricación del sistema de tracción para conseguir que los nuevos autos garanticen un rendimiento similar al de los vehículos de combustión. 

Sin embargo, los nuevos sistemas tecnológicos eliminarán elementos mecánicos como la transmisión o la dirección, además de otras piezas como las bujías y los radiadores (y si éstos se eliminan el líquido refrigerante también será innecesario). Así, los fabricantes y proveedores de estas piezas desaparecerán. 

Las empresas de mecanizado del sector experimentarán una reducción significativa de pedidos (culatas, pistones, válvulas…). Si no se adaptan a las nuevas necesidades del mercado y se especializan en la fabricación de las nuevas piezas que exijan las nuevas tecnologías, también desaparecerán.

¿Qué ocurriría con los talleres de reparación independientes? Teniendo en cuenta que el mantenimiento y reparación del motor de un coche eléctrico es más sencillo, tendrán menos trabajo, así que no sería raro ver muchos talleres echando el cierre. Los que sobrevivan tendrán que hacer nuevos cursos sobre vehículos eléctricos para adaptarse, ya que sus conocimientos de mecánica habrán quedado obsoletos para hacer frente a las reparaciones.

Por el contrario, las empresas dedicadas a la fabricación de motores eléctricos, baterías, circuitos de carga y demás piezas relacionadas con los sistemas electromecánicos y electrónicos del vehículo se verán muy beneficiadas, pues el incremento de pedidos de estos componentes será más que notorio. 

Transformación de la economía

Como ya ocurriera en el siglo XVIII, la Revolución Industrial supuso un gran avance en la sociedad: trajo grandes cambios al mundo del trabajo como el nacimiento de la industria manufacturera y la producción en serie (que permitía producir más piezas en menor tiempo) o el del ferrocarril (para poder transportar mercancías o viajeros mucho más rápido). Un hito similar en nuestra historia se producirá con la total imposición de los autos eléctricos.

Las mayores consecuencias se darán en el mercado del petróleo, pues actualmente la mitad del consumo del petróleo se destina a la creación de combustibles para los vehículos. Así, sustituyendo los vehículos de combustión por los eléctricos, las petroleras dejarán de ser la gran industria que son actualmente, cediendo el paso a otras como las eléctricas (que deberán ser más potentes y aumentar la capacidad de generación eléctrica) y a los productores de gas

Una empresa que depende del petróleo son las gasolineras, que también se extinguirán (aunque siempre pueden adaptarse y colocar puntos de recarga para los nuevos vehículos).

Todo ello traerá un beneficio muy positivo para la naturaleza y para la humanidad: menos contaminación y una mejor salud y calidad de vida.

 

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1 Comentarios

Ta
Tattim Eguez
Hace 7 años
Con el paso del tiempo nos adaptamos a nuevos descubrimientos ...siempre que sea bueno y menos contaminantes para la naturaleza será mucho mejor
0
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