Cada año se producen miles de accidentes con víctimas mortales en los cientos de “puntos negros” (lugares en los que se registran múltiples accidentes debido a la peligrosidad de la zona o a su escasa visibilidad) de las carreteras españolas. Por ello, muchas personas se cuestionan la función y utilidad de los radares, ya que casi el 50% de ellos se concentra en vías cuyo riesgo de accidente es bajo o muy bajo.
Ante este escalofriante dato surge una gran pregunta: ¿su localización responde ciertamente a motivos de seguridad o más bien es para engrosar las arcas del Estado sorprendiendo a los conductores con sanciones inesperadas?
Diversos estudios determinan que un 40% de los radares de las carreteras estatales tiene un fin meramente recaudatorio mientras que sólo un 27% están colocados en los denominados “puntos negros”.
Señalización y distancia deficientes
Un estudio realizado por el RACC sobre los radares en Cataluña observó que, siendo el exceso de velocidad una de las principales causas de accidentes y los radares (supuestamente) un medio para ayudar a limitar la velocidad, llama la atención que el 40% de ellos tenga una señalización deficiente, lo que impide que los conductores se percaten de su presencia y no ajusten la velocidad a la vía.
Además, cabe señalar otras conclusiones del estudio. Y es que el 38% de las señales de aviso no se encuentran colocadas a una distancia óptima del radar (entre 500 y 1.200 metros): están o bien muy lejos o bien lo suficientemente cerca del radar para que no dé tiempo a reducir la velocidad. De este modo, la seguridad sigue sin mejorarse en dichos tramos a pesar de haber instalados radares en la vía.
Y otro dato más que da que pensar sobre la auténtica finalidad de los radares en nuestras vías: antes mencionamos que casi un 50% de los radares se concentra en vías cuyo riesgo de accidente es bajo (autopistas y autovías). Pues bien, aquellas que presentan un riesgo de accidentalidad muy alto (carreteras convencionales) apenas concentran el mismo número de radares (no llega ni al 10%).
Canarias, Baleares, Madrid y Cantabria, las más “seguras”
Sólo cuatro comunidades autónomas han colocado al menos más de la mitad de los radares en puntos negros: Cantabria (87’5%), Baleares (75%), Canarias (68’7%) y Madrid (61’7%). En un término medio pero sin llegar a un mínimo nivel de coincidencia se encuentran Andalucía (41’9) y Asturias (30%).
En el extremo opuesto se sitúan regiones como Aragón (8’3%), Castilla la Mancha (10%), Extremadura (10’5%), Castilla y León (11’8%), Murcia (12’5%) o una comunidad con un elevado nivel de turismo como es la Comunidad Valenciana (16’6%).
Cómo detectar los falsos radares
Cuando vamos circulando con nuestro coche nos fijamos en todo: en los autos que hay en la carretera, en el entorno que nos rodea… y seguro que también buscamos los radares. Pero en más de una ocasión confundimos aparatos que vemos apostados junto a las vallas con un radar. Entonces, ¿qué aparatos no son radares?
1. Cabinas a los lados de la carretera. Éste quizá sea el que más se confunde. Su forma de caja cuadrada nos induce a pensar que dentro se encuentra el radar. Pero nada más lejos de la realidad, ya que no posee ningún orificio para que la cámara pueda captar el motivo de la infracción.
2. Cámaras sobre farolas y pórticos. Aunque pueda parecer que dichas cámaras están atentas a las infracciones que cometemos, no es así. En realidad son cámaras captadoras/contadoras del tráfico: registran el número de vehículos que pasan por un determinado punto kilométrico de una carretera.
3. Células fotovoltaicas sobre farolas. Estos pequeños puntos de luz pueden llevarnos a pensar que la DGT nos ha pillado y echado una foto. No tienen nada que ver con Tráfico: sólo son suministradores de energía para que ilumine la farola cuando desaparece la luz solar.
4. Lectores de matrículas. Colocados unos metros antes de atravesar un peaje en la autopista o en las entradas de los parkings de pago. En el primer caso sirve para hacer un recuento de los autos que pasan por dichos peajes y de su procedencia. En el caso de los parkings, para registrar el tiempo exacto de la estancia del vehículo en el aparcamiento.
5. Estaciones meteorológicas. Al ir instalados a ambos lados de la carretera sobre pórticos, farolas o señales pueden inducir a error (además de su forma cuadrada). Sólo tienes que fijarte bien, pues van acompañadas de pequeños paneles solares.