Los coches automáticos pueden ser mucho más cómodos y sencillos que los manuales (aunque también algo más caros: unos 2.000 euros más de media). Prescinden del pedal de embrague y de marchas: con ellos sólo se acelera y frena y este tipo de auto no se cala. Es lo más parecido a dar un plácido paseo con total comodidad, sobre todo cuando hay tráfico denso en la ciudad.
Eso sí, si estamos acostumbrados a conducir un coche manual, sentarse al volante de uno automático requerirá algo de paciencia para adaptarse ya que se echan en falta cosas tan básicas como el embrague y las marchas que, quizá, uno no sepa por dónde empezar. No hay problema, te enseñamos cómo conducir un coche automático en pocos pasos… ¡y sin necesidad de pasar por la autoescuela para ello!
1. Seguridad, confort y visibilidad
El primer paso es el mismo para todos los vehículos (sea automático o manual): ajustar el asiento para garantizar nuestro confort (para llegar bien a los pedales sin que tus rodillas toquen el chasis), el respaldo y el reposacabezas (para poder conducir cómodamente y con seguridad ante posibles lesiones) y los espejos retrovisores para poder observar lo que ocurre tras de ti. Para evitar los puntos ciegos en los espejos laterales, se recomienda colocarlos un poco más afuera.
2. Los pedales
Recuerda que en este tipo de autos se suprime el embrague, por lo que sólo cuentan con dos pedales: acelerador (situado a la derecha) y freno (a la izquierda y más ancho y alto que el otro). Para manejar ambos pedales se utiliza el pie derecho, mientras que el izquierdo descansa en el reposapiés (a la izquierda del hueco de los pedales). Si eres zurdo, también has de usar el pie derecho para ambos, pues pisar el acelerador (a la derecha) con el pie izquierdo puede restar velocidad al acto y acabar teniendo una ligera colisión.
3. Posiciones de la palanca de cambios
Aunque habrá variaciones de un fabricante a otro, pero un coche automático siempre tendrá cuatro posiciones, representadas por cuatro iniciales de cuatro palabras inglesas:
-P (Park). Para inmovilizar el vehículo, aunque el coche ha de estar completamente detenido para ello. Hay modelos que no dejan sacar la llave si esta marcha no está puesta y otros no permiten arrancar el motor cuando ésta está engranada.
-R (Reverse). Equivale a la marcha atrás.
-N (Neutral). Vendría a ser el punto muerto.
-D (Drive). En inglés, conducir. Es la posición que se utiliza para poder circular.
Para poner el coche en marcha, hay que pasar de la posición P a la D (o la R en caso de que haya que hacer marcha atrás). Todo ello accionando suavemente el pedal del freno (recordemos: siempre con el pie derecho) porque sino la palanca seguirá bloqueada. Una vez estemos circulando (ya con la posición D) sólo habrá que pisar el acelerador y el freno.
Es el mismo coche el que decide en qué marcha circular en función de la presión que se le aplique sobre el freno y el acelerador. Si al adelantar a otro vehículo pisas a tope el acelerador, el cambio reduce dos velocidades (con la función kick-down). En cambio, si pisas con más calma, la aceleración es progresiva. Sólo hay que aprender a escucharlo, porque él mismo te enseña cómo hay que conducirlo.
Algunos errores
Para pasar de P a D o de D a R se ha de hacer con el coche detenido, pues estas marchas no están diseñadas para cambiarlas en movimiento. Si lo haces, los engranajes del auto pueden estropearse mucho, ya que es un cambio muy violento. Cuando llegues a un semáforo, recuerda no cambiarlas con el coche en movimiento o avanzar los últimos metros con la posición N seleccionada, puesto que implica moverse sin controlar el coche al 100%.
Una vez se detenga el coche, si es una detención larga selecciona la posición N: si accionas otra marcha distinta el convertidor de par estará rozando continuamente, desgastando innecesariamente el coche. Si te quedas tirado en carretera (bien porque te has quedado sin gasolina, sin batería o por una avería) también debes poner la palanca en N: de no hacerlo, traerá averías importantes en la transmisión.
Tampoco uses la P como freno de mano: descargarás el peso del coche sobre la transmisión y no sobre los frenos, provocando una tensión excesiva sobre la caja de cambios que propicia averías antes de tiempo. Recuerda que la posición P sólo se utiliza cuando el coche está parado, así que primero pon el freno de mano y una vez que el auto esté detenido, la palanca en P.