En junio de este año se produjo un gran incendio forestal en Portugal que sorprendió a muchas personas en carretera. A causa del desastre fallecieron al menos 64 personas y otras tantas resultaron heridas. Cada año, especialmente en verano, arden miles de hectáreas (intencionadamente o por causas naturales) en la Península Ibérica. En lo que llevamos de año el Parque Natural de Doñana, la Sierra del Segura en Albacete, Sierra Calderona (Valencia) o Pino del Oro (Zamora) son algunas de las zonas que han ardido bajo el poder destructor del fuego.
Los paneles luminosos de autovías y autopistas ya lo indican: peligro, riesgo de incendios. Y es que ahora que el sol abrasa es bastante frecuente encontrarse frente a frente con un incendio en carretera o en una vía urbana. La mayoría somos más optimistas y creemos que las posibilidades de que esto pase son muy bajas. También pensamos que sólo ocurre en las películas (especialmente en las de acción y policíacas) o en las series de televisión. Pero, ¿sabríamos cómo actuar ante uno yendo al volante?
Para el coche y no pases
Una recomendación lógica: detener el coche y no seguir circulando, además de activar las luces de emergencia para avisar a los conductores que nos siguen. Aunque es probable que alguien ya lo haya hecho antes, también es conveniente llamar a los servicios de emergencia y alertar del incendio para que se desplacen al lugar los efectivos correspondientes: bomberos, policías, Protección Civil...
Las razones para detener la marcha son claras: no se sabe cuánto calor puede llegar a soportar el auto, además de que la nube de humo nos dejará sin visión, circulando a ciegas y hasta llegando a provocar una colisión en cadena si alguien frena y no lo vemos. Si el incendio se ha producido en la ciudad quizá no necesites salir corriendo, ya que la ambulancia tardará menos en llegar que si se produce en una zona boscosa.
Si las llamas avanzan y están cerca del lugar donde has parado, abandona el vehículo (con las luces funcionando para seguir alertando) y ponte a salvo. Deja también las mochilas de plástico o materiales sintéticos: pueden quemarse o derretirse mientras las portas, causándote quemaduras y lesiones en la espalda.
Intenta irte en la dirección contraria al viento (ya que las llamas avanzan en la dirección de éste). Cúbrete la nariz y la boca con un pañuelo (o mascarilla, si la llevas en un pequeño botiquín) y usa mantas de lana o algodón (nada que contenga plásticos) para taparte al huir y así resguardar tu cuerpo de las llamas.
Tampoco intentes cruzar las llamas sin saber lo que hay al otro lado. Si no queda más remedio que hacerlo durante la huida, cúbrete la cara, moja tu ropa para poder pasar sin quemarte y usa un palo alargado para tantear el terreno y no chocar con obstáculos o caer por desniveles.
Si el fuego se produce en la montaña
Los árboles y la hierba seca ayudan a que el incendio se propague a gran velocidad. En estos paisajes los servicios de emergencia tardarán bastante más en llegar, sobre todo si el terreno es abrupto y escarpado. Si te sorprenden las llamas en el mismo monte o cerca de una senda o un pequeño camino rural, busca la carretera más cercana, pues el asfalto suele hacer de cortafuegos.
Intenta encontrar un llano sin vegetación para poder dejar el auto y sal corriendo en contra del viento (como ya hemos comentado antes, yendo a favor te encontrarás cara a cara con las llamas). Si huyes en coche no te dirijas hacia las zonas altas de la montaña, ya que el fuego busca las zonas con mayor vegetación.
Si las llamas rodean el coche
Quizá sea la situación más “peliculera”, pero nunca se sabe lo que puede llegar a ocurrir por más precauciones que se tomen. En lugares despejados las llamas pasan bastante rápido, por lo que es poco probable que se produzca una explosión en el depósito de gasolina (cabe recordar que la gasolina no explota, pero sí lo hacen sus gases).
Lo primero que hay que hacer será parar el motor para evitar que los gases aviven las llamas y produzcan la tan temida explosión. Aunque parezca increíble, es recomendable tumbarnos en el suelo del coche y cubrirnos con una manta de lana o algodón, ya que sentado en los asientos el calor será más insoportable. En apenas unos minutos habrán pasado las llamas, así que sal corriendo del auto para ponerte a salvo.