Como ya adelantáramos en Todo Mecánica hace unos meses, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca estadounidense, la fabricación de vehículos en México se verá resentida. Por aquella época se anunció un giro estratégico en el plan de expansión de Ford: su fábrica de Detroit anuló una inversión de 1.600 millones de dólares. Su destino era una incógnita… hasta ahora. Y es que parece ser que quien reciba dicha inversión será el gigante asiático.
Ford ha decidido trasladar la producción de uno de sus modelos más vendidos (el compacto Ford Focus) de su fábrica de Detroit (en Estados Unidos) para instalarla en la que pueda ser algún día primera potencia mundial: China, concretamente en la ciudad de Chongqing (situada en el centro del país). Con ello dejan fuera a México renunciando a la construcción de la planta en el centro del país, concretamente en San Luis Potosí.
Objetivo: ahorrar
El objetivo de esta decisión, dicen, es ahorrar (pues el fabricante de Detroit atraviesa malos momentos y pretenden ahorrar 1.000 millones de dólares para poder invertirlos en el desarrollo de nuevas tecnologías). Es por ello que Ford está tratando de concentrar la producción de vehículos en países cuyos costes laborales son más bajos para tratar de obtener un mayor margen de beneficios.
Eso sí: sólo la mano de obra en multitud de industrias asiáticas ya es más cara que la mexicana. Si además le sumamos que después del montaje y ensamblado de los autos en la fábrica china hay que importar los vehículos al continente americano, ¿realmente le sale más rentable dicha operación a Ford?
Aun así el traslado a China no es inmediato: se producirá cuando acabe la fabricación del Focus en Michigan y se espera que los automóviles ensamblados en el país asiático lleguen al mercado norteamericano a partir de la segunda mitad de 2.019.
Revisión de acuerdos comerciales con Trump en el poder
Ford continúa siendo la marca automovilística que más aguanta los envites y amenazas proteccionistas del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump. La idea del mandatario es deslocalizar a México del acuerdo comercial (el Tratado de Libre Comercio, firmado en 1.994), con el que EEUU tiene que hacer frente a altos costes de producción e importación, por lo que se replanteó la rentabilidad de dicho tratado.
La primera consecuencia de ello fue la decisión de Ford de trasladar la producción a China. La siguiente será la negociación de EEUU para revisar el pacto comercial con México y Canadá, que las autoridades mexicanas esperan concluir con éxito antes de finalizar el año, a pesar de que el nuevo gobierno de Trump está tratando de estrechar lazos comerciales con China.
A pesar de todo, la delegación mexicana de Ford ha señalado que no se producirá ningún impacto en el empleo que generan en el país latinoamericano tras esta decisión, puesto que llevan casi un siglo en activo y exportando millones de vehículos a América del Norte. Ford apunta, además, a que seguirá ampliando su fábrica de transmisiones de Guanajuato y que también comenzará a producir motores en Chihuahua a partir de noviembre.