Parece que el verano se nos ha adelantado un poco. Al menos en España así es, ya que el país atraviesa durante estos días una terrible ola de calor (para que luego digan que el cambio climático es sólo un mito). Si preparamos nuestra casa para la llegada del verano (echando mano del ventilador, aire acondicionado u otros trucos), los coches no van a ser menos: también necesitan algún acondicionamiento –tanto de cara al invierno como de cara al verano, sobre todo si tienes pensado realizar viajes largos con él para las vacaciones-. Qué mejor momento que éste para repasar cómo hay que acondicionar el auto ante la llegada de esta calurosa estación para poder desplazarnos con una mayor seguridad.
Revisión del aire acondicionado
Básico entre los básicos e imprescindible en esta estación del año. Desafortunadamente, al no darle uso en invierno, se suele estropear más en época estival (también porque se usa de una forma más intensiva). Por ello conviene revisar los filtros y el estado general del aire acondicionado antes de que llegue el calor y asarnos dentro de nuestro vehículo.
Sistema de refrigeración
Hay que comprobar regularmente que el nivel del líquido refrigerante es el correcto y echar un vistazo a los manguitos del circuito y las conexiones para asegurarnos de que no se produzcan pequeñas fugas que deriven en un escape total del líquido y éste, a su vez, en un calentón del motor.
Niveles de líquidos y frenos
Para asegurarnos de que no tendremos ningún problema en carretera y evitarnos quedarnos tirados en ella, hay que hacer una revisión general de los líquidos: nivel de aceite, líquido de frenos, líquido de la dirección asistida… además de revisar los frenos (pastillas y discos).
Comprobar la presión de las ruedas (y su estado)
Si el coche va muy cargado, es recomendable aumentar la presión de los neumáticos (de acuerdo a los valores indicados por el fabricante), ya que si la presión es más baja de lo estipulado, el calor ayuda al deterioro de los neumáticos, que pueden llegar a reventar. Asimismo, es conveniente hacer un repaso general a los neumáticos y tener en cuenta el nivel de desgaste de las cubiertas. Si la banda de rodadura es inferior a 3mm. hay que cambiarlos.
Escobillas y líquido de los limpiaparabrisas
El sol y el calor afectan negativamente a las escobillas, haciendo que se rompan o se agrieten y así pierdan su efectividad. Si se da el caso, es conveniente cambiarlos. Además, hay que mantener el nivel del líquido del limpiaparabrisas.
Chaleco y triángulos
Antes de echarnos a la carretera, hemos de comprobar que tenemos en el coche los triángulos y chalecos reflectantes que demanda el Código de Circulación (son obligatorios dado que permiten evitar accidentes o atropellos si tenemos una avería o asistimos a alguien en carretera) y que éstos se encuentran a mano y en buen estado.
Parasol en el parabrisas
Parecerá una tontería pero colocar un parasol en el parabrisas mientras el coche está aparcado al sol, puede reducir 10 grados la temperatura interior del mismo, lo que contribuirá a que usemos el aire acondicionado con menos intensidad (y gastaremos menos combustible). Además, el volante y los asientos delanteros no se calentarán en exceso, por lo que agarrar el volante será algo más cómodo.
Por último, cabe recordar que llevar ropa y calzado cómodos y ligeros pueden reducir la sensación de estrés y agobio que nos provoca el tener que ponernos al volante en verano. Eso sí: recuerda que está prohibido conducir con chanclas (además de que puede ser muy peligroso, ya que se puede escapar el pie y, de este modo, el contacto con los pedales). También es conveniente conducir con gafas de sol durante el día y llevar siempre agua fresca para que todos los viajeros vayan bien hidratados y no se fatiguen.