Si eres un veterano al volante y no recuerdas bien lo que decía el manual de la autoescuela en cuanto a la conducción en las rotondas (también llamadas glorietas) o si alguna vez se te ha cruzado otro conductor en una de ellas y has tenido que pegar un frenazo para no acabar colisionando, hacemos un repaso al Reglamento General de Circulación para recordar cómo se ha de conducir aquí con total seguridad y quién tiene la prioridad en cada caso. ¡Atentos!
Todo el mundo sabe que los vehículos que circulan dentro de la rotonda tienen preferencia frente a aquellos que pretendan incorporarse, que deberán ceder el paso en ese caso. Si circulamos por el carril situado a la derecha y otro vehículo quisiera entrar a la rotonda, no tenemos por qué dejarle incorporarse, ya que son ellos los que deben respetar la señal de “ceda el paso” que hay en la entrada.
Eso sí, si la rotonda es bastante grande (tres carriles o más), se puede facilitar la maniobra cambiándonos a un carril interior en condiciones de seguridad para después volver al derecho cuando podamos. Tanto si cambiamos de carril como si salimos de la rotonda hemos de señalizar la maniobra con las luces intermitentes.
Del mismo modo, hay glorietas en las que no se distingue bien la delimitación de los carriles, ya que se ha borrado por el paso del tiempo o el desgaste. En este caso utilizaremos nuestra lógica para “imaginar” esos carriles.
Circularemos por un carril u otro, según la salida que queramos coger
Al entrar en una rotonda normalmente escogemos el carril por el que circularemos dentro en función del carril por el que vamos circulando en la carretera. Pero debemos tener en cuenta que si vamos a salir por la primera salida o si continuaremos rectos (que suele ser, por lo habitual, la segunda salida), debemos incorporarnos por el carril de la derecha para facilitar (a nosotros mismos y a los demás) la maniobra de salida sin importunar al resto de conductores que circulen por la glorieta.
Al circular por el carril exterior en la rotonda, a veces se nos suelen cruzar los de los carriles exteriores a la hora de coger su salida. Una opción que suelen usar bastantes conductores es la de señalizar con el intermitente izquierdo hasta llegar a la nuestra. Con este gesto, el resto de conductores entiende que aún no vamos a salir de la rotonda y pueden tener más cuidado para no cruzarse.
Por el contrario, si queremos abandonar la glorieta por la salida que haya más a la izquierda o realizar un cambio de sentido, nos incorporaremos en el carril interior y nos iremos abriendo gradualmente hacia el exterior según se aproxime nuestra salida.
Nunca debemos salir de la rotonda directamente desde alguno de los carriles interiores o izquierdos. Para ello hay que cambiar con antelación, paulatinamente, al carril de la derecha (el exterior), señalizando para avisar al resto de conductores.
También debemos tener en cuenta a los ciclistas: si no podemos cambiar de carril en condiciones de seguridad, aminoraremos la marcha hasta poder hacerlo o salir de la rotonda. Los grupos de ciclistas deben entenderse como un mismo vehículo y tienen prioridad de paso si entran ellos primero en la glorieta, por lo que habremos de ser pacientes.