Comprar un coche de segunda mano puede generar muchas dudas. El vendedor (ya sea un particular o un profesional) nos dice que el vehículo tiene un número concreto de kilómetros hechos. Pero, ¿realmente tiene los kilómetros que nos dicen o su cuentakilómetros ha sido manipulado?
La alarma saltó a partir del informe que publicó el RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) en el que se demostraba lo fácil que es manipular un cuentakilómetros digital, más que los antiguos analógicos. Algunos vendedores de vehículos de segunda mano (más profesionales que particulares) llevan a cabo esta práctica para “adelgazar” cifras en el cuentakilómetros, consiguiendo así, que parezca que el coche está en mejor estado para inflar su precio de venta.
Para el vendedor, claro está, son ventajas. Según este organismo se estima que el fraude llega a los 343 millones de euros al año en España y unos 10.000 millones en el continente europeo. Para el comprador no son más que inconvenientes. El bolsillo sufre mucho: al sobrecoste del precio de compra del vehículo hay que sumarle después las consabidas reparaciones en el taller y tener en cuenta el incremento de la depreciación. Y hay que añadirle el riesgo que supone para la seguridad vial.
Esta práctica también repercute negativamente a la industria automovilística. Constituye un acto de competencia desleal frente a otros comerciales honestos y daña a la imagen de los fabricantes, además de disminuir la demanda de vehículos nuevos. Asimismo, también trae problemas a las compañías aseguradoras, quienes se enfrentan a un aumento de reclamaciones.
Cómo detectar el trucaje en el cuentakilómetros
Detectarlo puede resultar difícil, pero no es imposible. Sólo un mecánico especializado podría intuir el trucaje fijándose sólo en el desgaste de los pedales, del volante y del coche en general. Antes de comprar el vehículo, pida que le enseñen la documentación del mismo para comparar el kilometraje que aparece en los papeles con el que muestra el cuentakilómetros.
También hay que comparar las cifras con las que aparecen en los registros de la ITV, así como en las etiquetas del mantenimiento y del cambio de aceite. Toda esta información se puede encontrar en el marco de las ventanillas, puertas, en la guantera o bien se puede acudir a la DGT a pedir un informe.
Conviene fijarse en fijarse en los neumáticos: si el coche ha recorrido 50.000 km. (o menos) debería llevar los neumáticos originales. Además, el kilometraje ha de ser coherente con el año de matriculación, lo que se traduce en unos 12.000 km. (aprox.) recorridos al año.
Si el auto lleva un cuentakilómetros analógico, compruebe que los números del indicador estén correctamente alineados. Si están separados, torcidos o se mueven al golpear el salpicadero, es posible que esté trucado. Por último, asegúrese de que un mecánico cualificado inspeccione el coche antes de comprarlo y de realizar una prueba de conducción antes de dar el último paso.
¿Cómo se manipula el cuentakilómetros?
En los coches antiguos, con los paneles analógicos, manipular un cuentakilómetros era una ardua tarea, pues había que desmontar todo el cuadro de mandos. Sin embargo, en la actualidad es mucho más fácil y no hay que desinstalar nada. Basta con conectar un ordenador portátil o un dispositivo especial al puerto OBD (On-Board Diagnostics) del coche y tener instalado en el mismo un software especialmente diseñado para ello que puede adquirirse fácilmente por internet para introducir el nuevo valor de los kilómetros en el dispositivo y automáticamente se cambiarán las cifras en el coche.
La legislación española no estima como delito el trucaje del cuentakilómetros, aunque pasa a ser un acto delictivo cuando se aprovecha para cometer una estafa. En este caso, comporta penas de cárcel de entre seis meses y tres años si la cuantía del timo supera los 400 euros. Sin embargo, desde el 1 de enero de 2014 es obligatorio que todos los coches registren su cifra de kilómetros al pasar por la ITV quienes, a su vez, los comunicarán a la Dirección General de Tráfico.
Nuestros vecinos europeos son más duros en esto. En Alemania, la manipulación del cuentakilómetros se considera un delito mientras que en Bélgica y Holanda se realizan registros en las carreteras.