Los autos tipo SUV llegan pisando fuerte. Y vienen con la clara intención de quitarle el puesto a los sedanes, los coches familiares por excelencia. Ya llevan varios años en el mercado y cada vez más marcas se lanzan a su creación y comercialización, demostrando con ello que no se trata sólo de una simple moda pasajera, sino que gozan de una gran acogida entre el público.
Precios más accesibles, gran espacio interior, comodidad, su adaptabilidad a todo tipo de carreteras y su fácil manejo son algunas de las características que les permiten competir holgadamente con los sedanes.
Sin embargo, antes de decantarse por la adquisición de uno u otro de estos modelos familiares, es mejor responderse a cierto tipo de preguntas que vayan acordes a las características que buscamos en nuestro nuevo vehículo como el número de acompañantes que viajan contigo, el uso que se le va a dar (familiar o particular), el espacio interior, la comodidad, el equipamiento del auto, el estilo de conducción, la seguridad, por qué tipo de vías circulará y, sobre todo, el precio.
Del mismo modo, también es oportuno conocer las ventajas y desventajas para terminar de determinar qué tipo de vehículo se adaptará mejor a nuestro estilo de vida y nuestras necesidades de transportación: si uno tipo SUV o el clásico sedán. Vamos a valorar ambas opciones: ventajas e inconvenientes.
Ventajas de comprar un SUV
- Mayor polivalencia: al ser una mezcla entre turismo, monovolumen y todoterreno la habitabilidad y comodidad de su interior está más que aprovechada. Algunos de ellos ya ofrecen hasta siete plazas y la capacidad de carga es claramente superior a la de un sedán.
- Mayor altura libre al suelo. Gracias a sus suspensiones sobreelevadas afrontan mucho mejor las rutas camperas (y otras fuera del asfalto de la ciudad) sin tener que preocuparse de rozar los bajos o de que las piedras golpeen la carrocería en pistas de tierra, pero también para no desgastar mucho las suspensiones en las empinadas rampas de los garajes ni en los grandes badenes que inundan pueblos y ciudades.
- Mayor visibilidad. El simple hecho de estar sentado a una mayor altura repercute en una mejor visibilidad, mejorando nuestra experiencia de conducción al contar con un campo de visión mucho más amplio. Esta característica también supone una mayor comodidad para entrar y salir del coche, especialmente si se trata de personas mayores o con problemas de movilidad.
- Atractivo diseño. Todo el mundo se fija en la estética y el diseño exterior a la hora de comprar un coche. Su atractivo diseño es, sin duda, uno de los grandes valores de un SUV: su tamaño, las líneas agresivas, capós abultados, pasos de rueda sobredimensionados… todo ello forma un gran conjunto que no deja indiferente a nadie.
- Es más fácil de conducir y mucho más racional que un todoterreno, porque aunque los neumáticos sean grandes y permitan circular por terrenos más abruptos que un simple sedán, normalmente no se suele ir mucho a la montaña, así que, ¿por qué pagar mucho más por algo que no se va a aprovechar al cien por cien?
Los SUV también tienen unos inconvenientes…
- Son más caros que un sedán. Aunque en los últimos años su precio se ha reducido bastante, aún siguen siendo más caros que los sedanes. Dependiendo de la marca y el modelo, pueden costar entre 1.000 y 3.000 euros más.
- Mayor consumo, mayor contaminación. No sólo nos saldrá más caro al comprarlo: también mantenerlo, ya que consume más que un sedán (al ser más grande y pesado repercute negativamente en la aerodinámica) y, por tanto, también contamina más.
- Relacionado con su tamaño y su peso, se puede decir que los SUV son menos ágiles y cuentan con prestaciones algo más pobres.
- Del mismo modo, a pesar de que la creencia popular determina que cuanto mayor sea el auto, más seguro será, no se puede afirmar que sea así. En caso de impacto, al ser más pesado, también será mayor la energía y fuerza del golpe, lo que puede resultar bastante más dañino para sus ocupantes.
- ¿Funcionalidad o status social? Gran parte de la población se muestra crítica con la adquisición de los SUV, afirmando que quien compra uno de estos autos lo hace más por “aparentar” y presumir ante los amigos y familiares, es decir, por una mera cuestión de status social que por una cuestión de funcionalidad.
En definitiva, un vehículo tipo SUV puede ser una buena opción de compra, pero siempre y cuando sus características y funcionalidades se adapten a las necesidades habituales del comprador. La compra de uno u otro ya dependerá de los gustos (y del bolsillo) de cada uno…