El bastidor de un vehículo es el armazón sobre el que se monta y sujetan todos los mecanismos, soportando el peso, por ejemplo, del motor o la caja de velocidad, y quedando otros colgados de él, como la suspensión o las ruedas.
Normalmente está formado por dos largueros de acero estampado y de sección en U, doble T o rectangular, que están curvados para recibir los ejes delanteros y traseros, permitiendo así las oscilaciones verticales de los mismos. Los largueros se acercan por la parte delantera para dar más espacio de movimiento a las ruedas, que tiene que orientarse.A distancias adecuadas se colocan varios travesaños que soportan la carrocería y los distintos elementos. Los travesaños, la igual que los largueros, tienen una sección adecuada a los esfuerzos a que están sometidos durante la marcha del vehículo. La distancia existente entre los ejes delanteros y traseros de un vehículo se llama batalla y la separación entre las dos ruedas de un mismo eje se denomina vía.En los vehículos actuales no existe el bastidor como tal, sino que el armazón de la carrocería se cierra por su parte inferior, formando una especie de armadura de caja. Estas carrocerías se llaman auto-portantes o monocasco. El empleo de este sistema se ha extendido a la totalidad de los vehículos actuales, debido a que en los ensayos realizados en los últimos años se ha comprobado que presenta una mayor rigidez los vehículos equipados con él, dado que la carrocería contribuye a reforzar el conjunto. El concepto de monocasco fue utilizado como diseño para el casco de aviones. El cascarón de huevo suele citarse como ejemplo de este tipo de estructura. Aun cuando se aprieta con fuerza un cascarón de huevo, resulta difícil romperlo, ya que toda la fuerza o energía aplicada no se concentra en un solo lugar, sino que se dispersa de forma efectiva por toda la superficie del cascarón. En mecánica, esto mismo se denomina estructura cascarón sometida a esfuerzo.En la construcción de los bastidores deben seguirse dos normas: ligereza e indeformabilidad, por ello, los constructores adoptan distintas formas para conseguir estas cualidades, existiendo bastidores en que los largueros se cruzan en su mitad, formando una equis a la que se unen en distintos puntos los travesaños, de formas adecuadas, que reciben a los diferentes conjuntos mecánicos que se fijan a ellos.
Como los largueros tienen que soportar el peso de los distintos mecanismos, bien directamente o por mediación de los travesaños, están sometidos a esfuerzos constantes de flexión, que aumentan con los golpes del sistema de suspensión, por cuya causa deberán tener una gran rigidez para aguantar estos esfuerzos. Al mismo tiempo, están sometidos a esfuerzos torsionales cuando el vehículo circula por carreteras de firme irregular, y, por ello, sus secciones deben ser rectangulares o en forma de U, ya que éstas le confieren gran rigidez, permitiendo una fácil unión de los travesaños y la construcción del bastidor resulta sencilla.Cuando se produce un gran esfuerzo en una rueda, por ejemplo, un golpe al pasar por un terreno desigual, si la flexibilidad del sistema de suspensión no puede absorber este golpe, aparece la deformación permanente del bastidor. Normalmente estas deformaciones suelen ser debidas a accidentes de circulación, o poca flexibilidad de la suspensión, en cuyo caso puede producirse la rotura de algún larguero o travesaño. El peligro de rotura aumenta cuando se sobrecarga el vehículo.Al bastidor se une la carrocería, generalmente por medio de soldadura, adoptando largueros y travesaños las formas para que el piso del coche quede lo más bajo posible, en beneficio de la estabilidad de marcha. Algunas veces el bastidor lo constituye una plataforma armada con perfiles y chapas unidas entre sí y entrecruzados, a la que se une la carrocería por medio de soldadura, consiguiéndose así una mayor rigidez, tanto longitudinal como torsional.
